Redacción
Entre las arañas Theridiosomatidae, algunas especies utilizan sus telarañas para capturar presas mediante una acción a enorme velocidad que implica el movimiento no solo de la araña sino también de toda su telaraña. Una investigación revela la asombrosa aceleración que estas arañas son capaces de generar y soportar.
Hundir el rostro en una telaraña en el bosque por no haberla visto a tiempo es una experiencia atemorizante. Pero ¿qué pasaría si tuvieras que preocuparte de que una telaraña (y su araña) se catapultara hacia ti? Eso es lo que les pasa a los insectos en las selvas amazónicas de Perú, donde una araña diminuta lanza una telaraña (y a sí misma) para atrapar moscas y mosquitos desprevenidos.
Unos investigadores del Instituto Tecnológico de Georgia en Estados Unidos han profundizado en cómo este asombroso arácnido almacena suficiente energía para producir una aceleración 100 veces mayor que la lograda por un guepardo. Esa aceleración somete a la araña a fuerzas de aproximadamente 130 Gs, más de 10 veces lo que los pilotos de cazas militares pueden soportar sin desmayarse.
La citada araña peruana y sus primas destacan entre los arácnidos por su capacidad de fabricar herramientas externas (en este caso, sus telarañas) y utilizarlas como resortes para crear un movimiento ultrarrápido. Su habilidad para mantener durante horas un resorte listo para que ejecute el lanzamiento de la telaraña pone de manifiesto la importancia de otra herramienta asombrosa fabricada por la araña: un mecanismo para liberar de repente el resorte.
Estas singulares arañas “con honda o tirachinas” construyen telarañas cónicas tridimensionales con un hilo muy tensado unido al centro. La especie de araña estudiada en la nueva investigación, cuyo cuerpo mide aproximadamente 1 milímetro de longitud, tira de ese hilo con sus patas delanteras para estirar la estructura mientras se aferra a la telaraña con sus patas traseras. Cuando percibe una presa potencial a su alcance, la araña lanza la telaraña y a sí misma hacia el animal, por ejemplo una mosca o un mosquito.

Una araña Theridiosomatidae está lista para lanzar su red en forma de cono contra un insecto volador. (Foto: Lawrence E. Reeves)
Si el lanzamiento tiene éxito, la araña rápidamente envuelve su presa en seda. Si falla, la araña simplemente tira del hilo de tensar para reajustar la telaraña y dejarla a punto para el próximo lanzamiento.
A diferencia de las ranas, los grillos o los saltamontes, la araña no depende de sus músculos para saltar muy rápido, tal como explica Saad Bhamla, del equipo de investigación. “Cuando teje una nueva telaraña, la araña fabrica un complejo resorte tridimensional. Si comparamos este resorte de seda natural con los nanotubos de carbono u otros materiales hechos por el ser humano, en términos de densidad de potencia o densidad de energía, es un orden de magnitud más fuerte”.
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