Un nuevo descubrimiento obliga a revisar las leyes de extinción galáctica

Redacción

En los espectros de la luz procedente de las estrellas se observan líneas o bandas obscurecidas, causadas por la absorción de dicha luz por el medio interestelar. Son algo así como el peaje que la luz emitida por las estrellas debe pagar por atravesar el medio interestelar hasta llegar a los telescopios. Algunas de esas líneas obscurecidas del espectro tienen un origen conocido, bien en forma de átomos como el sodio o el calcio o de moléculas como el CH, pero el origen de otras bandas (llamadas DIB, del inglés “Diffuse Interstellar Band” o banda interestelar difusa) es desconocido, aunque se cree que son producidas por moléculas de gran tamaño que contienen carbono, puesto que son comunes en el medio interestelar.

En un reciente estudio, liderado por investigadores del Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) y publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, se ha detectado una amplia banda de absorción interestelar centrada cerca de los 7700 Angstroms de longitud de onda. Se trata de la primera banda de absorción muy ancha detectada en el rango óptico del espectro electromagnético y es significativamente más ancha que las numerosas DIB conocidas, por lo que engloba en una nueva categoría.

El motivo por el que esta banda ha pasado desapercibida hasta ahora es porque está parcialmente oculta detrás de la conocida como banda telúrica A, producida por el oxígeno molecular (O2) de la atmósfera de la Tierra. Los investigadores han descubierto esta nueva banda usando espectros obtenidos con el espectrógrafo de imágenes STIS (Space Telescope Imaging Spectrograph) a bordo del telescopio espacial Hubble. Posteriormente, esta banda ha sido detectada en una gran muestra de estrellas de diversos tipos, como estrellas de tipo OB, supergigantes de tipo BA y gigantes rojas; usando tanto datos de STIS como datos de espectroscopia obtenidos con telescopios en tierra.

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Imagen de las nebulosas de Norteamérica y del Pelícano obtenida con el telescopio JAST/T80 del observatorio de Javalambre en Teruel dentro del proyecto GALANTE, liderado desde el CAB, el IAA y el CEFCA. Las zonas verdes son hidrógeno ionizado y constituyen las nebulosas de Norteamérica (izquierda) y el Pelícano (derecha). La zona oscura entre medias es conocida como el Golfo de México y el Océano Atlántico (por su posición relativa a Norteamérica) y es una nube densa y oscura de gas molecular que se interpone entre el gas ionizado y nosotros y es la causa de las formas que dan lugar a los nombres de las nebulosas. La estrella responsable de la ionización del hidrógeno es la estrella de Bajamar (situada en el archipiélago de las Bahamas y de cuyo nombre original recibe su denominación), marcada con una flecha, y es uno de los objetos estudiados en este trabajo. La estrella es en realidad azul, pero aparece de color rojo por la absorción interestelar. (Imagen: Jesús Maíz Apellániz y el equipo GALANTE)

Como indica Jesús Maíz Apellániz, investigador del CAB que ha liderado este descubrimiento, “La idea básica es que, hasta ahora, todas las bandas de absorción del medio interestelar eran relativamente estrechas y esta es unas cinco veces más ancha que la más ancha de las ya conocidas. Aunque la mayoría de ellas siguen sin estar identificadas (sabiendo que lo más probable es que se deban a compuestos de carbono), esta en particular parece pertenecer a una familia ya conocida cuyo origen se debe a un compuesto químico que desaparece del medio interestelar en las zonas más densas y protegidas de la radiación ultravioleta (donde, por el contrario, se ve carbono diatómico)”.

Esta nueva banda ayudará a entender mejor el comportamiento y los componentes del medio interestelar y ha sido incorporada al modelo general.

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