Cuando la religión dificulta el progreso económico de una región

Redacción

Dar prioridad a la enseñanza de una doctrina religiosa por encima de enseñanzas técnicas puede tener efectos que van mucho más allá del individuo. Una investigación reciente lo demuestra con un caso concreto.

 

La religión obstaculizó no solo la difusión del conocimiento sino también el desarrollo económico en Francia durante la Segunda Revolución Industrial (1870-1914), según una investigación realizada por Mara Squicciarini de la Universidad Bocconi en Italia.

 

Al oponerse a la introducción de enseñanzas técnicas en las escuelas primarias, la Iglesia Católica impidió la acumulación de capital humano para la fuerza laboral de los nuevos sectores económicos en las zonas más religiosas del país. Los niveles más altos de educación religiosa se tradujeron en una reducción significativa de puestos de trabajo ocupados en el sector industrial entre 10 y 15 años después, cuando los antiguos alumnos entraron en el mercado laboral.

 

“Y estos hallazgos tienen importantes implicaciones para el desarrollo económico actual”, enfatiza la profesora Squicciarini, “ya que muchos países en vías de desarrollo, donde la religión ejerce un papel primordial en las esferas personal y pública, están experimentando un progreso tecnológico a gran escala, similar al de Europa Occidental durante la Segunda Revolución Industrial”.

 

La maquinaria industrial más sofisticada de la Segunda Revolución Industrial requería una mano de obra técnicamente capacitada, tal como explica Squicciarini. Por consiguiente, el Estado francés asumió un papel activo en la promoción de un plan de estudios más técnico para formar una fuerza laboral competente.

 

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Mara Squicciarini. (Foto: Paolo Tonato)

 

Por desgracia, la Iglesia estaba promoviendo un plan de estudios conservador y en muchos aspectos anticientífico, obstaculizando la introducción de los contenidos técnicos e impulsando la educación religiosa. En cambio, las escuelas laicas se volvían cada vez más modernas y profesionales.

 

De todos modos, la relación entre la religión y el desarrollo económico no es inherentemente negativa. Más bien, varía con el tiempo, y se vuelve negativa cuando la religión obstaculiza la adquisición de conocimientos económicamente útiles.

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