Verdad sanará a familias de desaparecidos: Carlos Ruiz Massieu

Redacción

Un aprendizaje del proceso de paz en Colombia para México y el resto de América Latina y el Caribe es que el conflicto de los desaparecidos por dificultades socioeconómicas y políticas sólo puede resolverse con la reparación a las víctimas y con “la verdad”, para saber “qué pasó”, y así cicatrizar las heridas y promover la unidad nacional.

A esa conclusión llegó el mexicano Carlos Ruiz Massieu, representante especial del secretario General de la Organización de Naciones Unidas, António Gutiérrez, y jefe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia.

Ruiz Massieu califica de positivo, en entrevista, el saldo parcial de la pacificación, sustentada en un acuerdo suscrito el 24 de noviembre de 2016 y que puso fin a 52 años de guerra y brutalidad en Colombia

El pacto, negociado a partir de noviembre de 2012 en Cuba entre el gobierno colombiano y las ahora disueltas guerrillas de las comunistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), entró a regir el 1 de diciembre de 2016.

Con la desmovilización, desarme y reinserción socioeconómica y política de sus 13 mil excombatientes, expresidiarios y redes paralelas, las FARC mutaron a partido político en 2017. La paz es incompleta, porque la negociación con la guerrilla comunista del Ejército de Liberación Nacional (ELN), en armas desde 1964, se suspendió en 2019.

Casado, con tres hijos, de 49 años, abogado y politólogo, Ruiz Massieu fue nombrado el 10 de diciembre de 2018 en ese cargo.

¿Cuál su balance del proceso?

—Es positivo con logros irreversibles: un cese bilateral [del fuego] sin problema ni infracciones. El dejar las armas fue muy eficiente en menos de nueve meses. Las FARC transitaron a partido político y aunque experimentan su tránsito de consolidación, ya son parte de la normalidad democrática colombiana, presentan iniciativas y participan en los debates.

En lugar de tenerlos [a sus miembros] en la selva, en el monte, peleando con fusiles contra el Estado, están peleando con ideas en el Congreso. Hay más de 13 mil excombatientes en vía de reincorporación a la vida civil. Tenemos una institucionalidad muy importante derivada del acuerdo: un andamiaje de leyes, normas e instituciones nuevas que se formaron y que están dando resultados.

¿Cuáles son las trabas?

—Hay sobresaltos, pero las cosas están avanzando. Retos, problemas y preocupaciones evidentemente los hay. Preocupa el asesinato de excombatientes y de líderes sociales y eso hay que resolverlo. Un solo exguerrillero asesinado es una tragedia, un golpe al proceso: fueron asesinados 232 excombatientes [tras la firma en 2016] y en 2020 hay 51 líderes sociales y 60 en verificación.

¿Qué enseña el proceso a México y a la comunidad internacional en asuntos como las personas desaparecidas?

—Pone a las víctimas en el centro y su corazón es el sistema integral de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición. La verdad y las víctimas son el centro del acuerdo, que encuentra equilibrio entre paz y justicia e integra un sistema de justicia orientado a reparar a los afectados. Aquí el tema es la verdad, es encontrar a los desaparecidos, saber qué pasó con ellos para darle tranquilidad a las familias. Reparar a las víctimas a través de la verdad, conocer qué pasó en el conflicto.

Las FARC abrieron su baúl de secretos y admitieron errores en secuestros y reclutamiento de menores. ¿Qué lección da eso a México, donde persisten los secretos de viejos conflictos?

—Los países que optaron (…) por estas comisiones de la verdad y de justicia transicional consideraron que, en un momento específico y político de su historia, estas instituciones y esta búsqueda de la verdad es importante para unir y reconciliar al país. Se recuerdan secuestros, masacres, reclutamiento de menores.

La verdad es el inicio de la cicatrización, de sanar las heridas, de la reconciliación nacional. Son enseñanzas para el mundo. Cada país debe decidir cuándo establece esos mecanismos.

Hay datos de que cárteles mexicanos ordenaron asesinar a líderes colombianos por apoyar la erradicación de cultivos de hoja de coca, materia prima de la cocaína. ¿Qué información tiene de esas denuncias?

—Eso (…) sí lo hemos escuchado. También en cuanto a diferentes organizaciones nacionales e internacionales que pudieran verse afectadas en sus negocios y por ello toman esas decisiones y asesinan a esos liderazgos. Pero no tenemos información específica respecto a cárteles mexicanos o de otro país que estén detrás de esos asesinatos.

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