Industria bélica en UE gana con guerra al narco en México

Redacción

Las casas armamentistas europeas han resultado ser las grandes ganadoras de la política de seguridad pública basada en la militarización de México.

De acuerdo con informes del Consejo Europeo sobre exportaciones de material de defensa de la Unión Europea (UE) examinados con Felipe Calderón en la presidencia, las licencias emitidas por los socios del bloque comunitario para la transferencia de armamento convencional sumaron mil 593 millones de euros entre 2007 y 2012.

Una cifra muy superior a la registrada por su predecesor, Vicente Fox, quien compró a Europa armas por un total de 279 millones 489 mil euros durante todo su sexenio. La industria bélica europea mantuvo sus ventas al alza con la administración de Enrique Peña Nieto, que cerró ofertas por 6 mil 721 millones de euros de 2013 a 2018. El desembolso incluyó, entre otros, un contrato con la firma holandesa Damen Shipyards Group para modernizar la flota naval mexicana con trabajos conjuntos en Salina Cruz y el puerto de Flesinga. En colaboración con la Marina, el constructor holandés prometió construir los buques de guerra más avanzados en América Latina. La Armada de México se fijó como objetivo poner en servicio ocho buques Patrulla Oceánica de Largo Alcance para antes de 2035.

Con la administración de Andrés Manuel López Obrador, la cartera se ha mantenido abierta para las Fuerzas Armadas. En su primer año en ejercicio, 2019, la industria bélica europea emitió licencias por 753 millones 869 mil euros, por encima de la facturas de los dos años previos, 105 millones en 2018 y 630 millones en 2017.

“Si vemos a detalle el gasto de México y el tipo de armamento comprado, abundan los ejemplos de que no se ha adquirido equipo apto para una guerra convencional entre estados o de tipo civil como ocurre en Siria, Libia o hasta cierto punto Colombia”, dice en entrevista el veterano investigador sobre gasto militar del Instituto de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), Pieter Wezeman. “Son aviones de transporte, helicópteros, patrullas navales (…) material más ligero, compacto y que los militares elegirían para responder al tipo de oponentes que enfrentan”. Sostiene que las autoridades mexicanas han llegado a plantear la posibilidad de invertir en aviones de combate tipo caza, hubo contactos con Rusia en la materia, “pero se abandonó el plan, lo que fue una decisión acertada”.

En 2019, 88% del valor de las solicitudes mexicanas en Europa se realizaron en Francia, 664 millones 832 mil, y otro 10%, en España, Italia y Reino Unido, por orden monetario. México palomeó prácticamente todo el catálogo bélico europeo (compuesto por 22 grandes apartados). Las licencias francesas se caracterizan por equipos navales, sistemas submarinos, aeronaves tácticas no tripuladas y municiones para las armas sometidas a control militar. La Subdirección General de Comercio Internacional de Materia de Defensa y Doble Uso de España reporta que el grueso del gasto mexicano en ese país fue para vehículos aéreos no tripulados.

El reporte de la Cámara de Diputados de Italia sobre operaciones autorizadas para la exportación y tránsito de mercancías militares indica que México destinó casi 11 millones de euros a fusiles y armas automáticas calibre igual e inferior a 12.7 mm y sistemas de fuego superior a 12.7 mm.

“El reporte trata de crear cierta transparencia en la política de exportación de armas de los países de la UE, pero no ofrece detalles de lo que exactamente se ha transferido. Para conocer qué se ha entregado y por qué, hay que profundizar en cada país, aunque usualmente no es posible saber mucho sobre por qué estos países han decidido proceder con la exportación [con algunos matices en los casos de Holanda, Alemania y Suecia]”, explica Wezeman.

El experto pide manejar las estadísticas francesas con cautela, porque debido a modificaciones realizadas en su sistema de registro, podrían no reflejar el valor de las licencias, sino sólo un indicador del monto al que pueden llegar los contratos de un permiso avalado.

En el negocio armamentista con Europa prevalecen los intereses económicos sobre el tema de los derechos humanos. Un documento publicado el 18 de julio de 2019, por el Ministerio de Exteriores y el Departamento de Comercio Internacional del Reino Unido, reconoció que “México experimenta un alto nivel de violencia e inseguridad (…) En los últimos años, las autoridades mexicanas han confiado cada vez más en el ejército para combatir la violencia relacionada con las drogas y el crimen organizado, lo que ha generado un gran número de denuncias de abusos contra los derechos humanos. Estos incluyen ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas y tortura, junto con una cultura de impunidad.

“Seguimos preocupados por el alto nivel de delincuencia y violencia en México y las denuncias de abusos de derechos humanos por parte de las fuerzas de seguridad”. El documento señala que, como parte de la evaluación de las licencias de exportación a México, cada solicitud es evaluada sobre el riesgo de que sea utilizada para la represión interna o termine en manos de la delincuencia. Afirma que en cada caso aplica un examen prospectivo para evaluar cómo puede usarse el equipo en el futuro y si existe el riesgo de que los destinatarios actúen con impunidad. Sostiene que las decisiones se toman con base en información de la embajada británica en la Ciudad de México, medios y ONG.

A pesar de la preocupación expresada en torno a la impunidad, en 2019 el gobierno británico aprobó licencias por 38 mil euros bajo el régimen de gentes químicos, biológicos y materiales radiactivos, agentes nerviosos, vesicantes, gases lacrimógenos y agentes antidisturbios. Las autoridades de ese país describen a México, como “un importante mercado de exportación para el Reino Unido”.

Para Wezeman, el caso británico es reflejo de la controversia que genera la aprobación de licencias armamentistas a países como México, en donde abundan los cuestionamientos sobre garantías individuales, impunidad, corrupción, infiltración del crimen organizado en las fuerzas de seguridad y el uso de la fuerza por parte de la policía y militares.

“A pesar de la situación de derechos humanos en México es problemática, no lo es tanto como en Yemen [que enfrenta una guerra civil y es parte del debate en seguridad de la UE]. Ese diagnóstico parece ser la norma…”.

Dice que el tipo de armas adquiridas por México es para material de uso en un contexto de conflicto y violencia. “Si construyes capacidades para el uso de la fuerza, existe el riesgo de que el botín al que se aspira disminuya, porque puede llegarse a pensar que se puede atender ese asunto debido a que se tiene el equipo apropiado. Por el contrario, el uso de la fuerza puede exacerbar el conflicto aún más”, dice el experto.

 

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