Una antigua manta hecha con 11.500 plumas de pavo

Redacción

Unos antiguos habitantes del suroeste americano usaron alrededor de 11.500 plumas para hacer una manta de plumas de pavo, según un nuevo artículo aparecido en la revista Journal of Archaeological Science: Reports. Las personas que hicieron tales mantas fueron antepasados de los actuales indios Pueblo como los Hopi, Zuni y Río Grande.

Un equipo dirigido por arqueólogos de la Universidad del Estado de Washington analizó una manta de plumas de pavo de aproximadamente 800 años de antigüedad, de 99 x 108 cm, del sudeste de Utah, para tener una mejor idea de cómo se hizo. Su trabajo reveló que miles de plumas fueron entrelazadas con alrededor de 180 metros de cuerda de fibra de yuca para hacer la manta, que está actualmente en exhibición en el Museo del Parque Estatal de Cedars en Blanding, Utah.

Los investigadores también contaron las plumas del cuerpo de pavos salvajes compradas a comerciantes que cumplían con las normas éticas y legales en Idaho para obtener una estimación de cuántos pavos se habrían necesitado para proporcionar las plumas para la manta. Sus esfuerzos muestran que se habrían necesitado plumas de entre cuatro y diez pavos para hacer la manta, dependiendo de la longitud de las plumas seleccionadas.

“Las mantas o ropas hechas con plumas de pavo como medio aislante fueron ampliamente utilizadas por los Anasazi de lo que hoy es el Upland Southwest, pero se sabe poco sobre cómo se hicieron porque muy pocos de estos tejidos han sobrevivido debido a su naturaleza perecedera”, dijo Bill Lipe, profesor emérito de antropología de la WSU y autor principal del artículo. “El objetivo de este estudio era arrojar nueva luz sobre la producción de mantas de plumas de pavo y explorar los aspectos económicos y culturales de la cría de pavos para suministrar las plumas”.

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Un segmento de cordón de fibra que ha sido envuelto con plumas de pavo, junto con una sola pluma. (Foto: WSU)

Se supone que la ropa y las mantas hechas de pieles, pelos o plumas de animales han sido innovaciones críticas para la expansión de los humanos en ambientes fríos, de mayor latitud y elevación, como en el Upland Southwest de los Estados Unidos, donde la mayoría de los primeros asentamientos se encontraban a más de 1.500 metros de altura.

Trabajos anteriores de Lipe y otros muestran que las plumas de pavo comenzaron a sustituir a las tiras de piel de conejo en la construcción de mantas trenzadas en la región durante los dos primeros siglos de la era cristiana.

“En cuanto florecieron las poblaciones agrícolas, es probable estuvieran en circulación muchos miles de mantas de plumas en un momento dado”, dijo Shannon Tushingham, coautora del estudio y profesora adjunta de antropología en la WSU. “Es probable que todos los miembros de una comunidad Anasazi, desde bebés hasta adultos, poseyeran una”.

Otro interesante hallazgo del estudio fue que las plumas de pavo usadas por los Anasazi para hacer prendas fueron probablemente recolectadas sin dolor de aves vivas durante los períodos naturales de muda. Esto habría permitido una recolección sostenible de plumas varias veces al año a lo largo de la vida del ave, que podría haber superado los 10 años. Las pruebas arqueológicas indican que los pavos no se utilizaron en general como fuente de alimento desde el momento de su domesticación en los primeros siglos de la era cristiana hasta los años 1100 y 1200 de la era cristiana, cuando el suministro de caza silvestre en la región se había agotado por una caza excesiva

Antes de este período, la mayoría de los huesos de pavo obtenidos en los yacimientos arqueológicos son esqueletos enteros de aves maduras que fueron enterrados intencionadamente, lo que indica una importancia ritual o cultural. Tales entierros continuaron ocurriendo incluso después de que más pavos empezaran a ser criados como alimento.

“Cuando se hizo la manta que analizamos para nuestro estudio, pensamos que a principios del 1200 d.C., las aves que suministraron las plumas probablemente fueron tratadas como individuos importantes para el hogar y habrían sido enterradas completas”, dijo Lipe. “Esta reverencia por los pavos y sus plumas es aún evidente hoy en día en las danzas y rituales de los Pueblo”.

“Los pavos eran uno de los pocos animales domesticados en Norteamérica hasta que los europeos llegaron en los años 1500 y 1600”, dijo Tushingham. “Tuvieron y siguen teniendo un papel culturalmente muy significativo en la vida de los Pueblo, y nuestra esperanza es que esta investigación ayude a arrojar luz sobre esta importante relación”.

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