Redacción
La empresa de telecomunicaciones Oi, la mayor operadora de telefonía fija en Brasil y que se encuentra en proceso de recuperación judicial, subastará este lunes su red de telefonía móvil, en la que se prevé que el consorcio integrado por Claro, subsidiaria de América Móvil, junto con Vivo y TIM sea el único pujador.
Pese a las expectativas del mercado de que la subasta pueda atraer otros competidores, y así aumentar la oferta, la puja debe contar con tan sólo la propuesta del consorcio conformado por las subsidiarias en Brasil de la española Telefónica, que opera en el país bajo la marca Vivo, la mexicana América Móvil del empresario Carlos Slim Helú (Claro) y Telecom Italia (TIM), que consolidaron su posición de “primer licitador”.
El trío de operadores garantizó esa condición tras elevar la oferta por los activos móviles de Oi hasta los 16 mil 500 millones de reales (unos 3 mil 274 millones de dólares), lo que le da derecho a igualar cualquier otra oferta que se presente. De ese valor, 756 millones de reales (150 millones de dólares) corresponden a los servicios transitorios que serán prestados por Oi a los oferentes durante 12 meses.
El pasado 17 de junio, Oi anunció que el precio mínimo por los activos de su red de telefonía móvil sería de 15 mil millones de reales (2 mil 976 millones de dólares) y que los vendería al mejor postor.
La compañía Highline Brasil, una empresa que ofrece infraestructuras para telecomunicaciones controlada por el fondo estadounidense Digital Colony, fue la primera en anunciar su interés por las operaciones de telefonía celular de Oi. Llegó a firmar en julio pasado un acuerdo de exclusividad por el mínimo requerido, pero desistió de pujar tras el consorcio Vivo, Claro y TIM elevar su oferta hasta los 16 mil 500 millones de reales.
La renuncia dejó el camino despejado para que el consorcio acuda sin rivales a la subasta y se repartan los activos móviles de Oi.
La operación, según analistas, contribuirá al desarrollo y competitividad del sector de telecomunicaciones brasileño, actualmente liderado por Vivo con una participación de cerca del 30 por ciento, al tiempo que implica una buena solución para Oi, en concurso de acreedores desde 2016.
Oi se acogió a la ley de quiebras en Brasil para poder seguir operando en el país y, desde entonces, ha intentado reorganizar con sus acreedores el pago de deudas por valor de 64.000 millones de reales (unos 12.698 millones de dólares al cambio de hoy).