En guardia, por caravana de hondureños

Redacción

A cinco días de que Joe Biden asuma el mando de la Casa Blanca con la expectativa de que aplique una política migratoria más flexible o elimine la rigurosa política de contención de migrantes que impuso Donald Trump, una segunda caravana de 2021 de viajeros irregulares hondureños saldría hoy en la madrugada hacia Guatemala, México y EU tras concentrarse desde ayer en una ciudad del norte de Honduras.

El resurgimiento de la tensión por las caravanas reafirmó que el coronavirus sólo ocultó en 2020 la crisis migratoria de Centroamérica, agravó la situación de pobreza, desempleo e inseguridad, y alentó el desplazamiento forzado fuera del istmo.

La nueva caminata desafiaría a México, Guatemala y Honduras en vísperas del cambio de presidente en EU, previsto para el próximo miércoles. “Esto no es ni despedida a Trump ni bienvenida a Biden”, afirmó la hondureña Karla Rivas, coordinadora de la (no estatal) Red Jesuita con Migrantes Centroamérica, de Honduras. “Muchos de esos que se están yendo son víctimas de los huracanes Eta e Iota”, dijo Rivas.

Las penurias en Honduras se recrudecieron tras sufrir el ataque de ambos fenómenos en noviembre de 2020 con saldo de miles de damnificados y viviendas, cosechas, infraestructura y fuentes de empleo arrasadas.

Un primer grupo de unos 250 hondureños partió anteanoche de la terminal de autobuses de la ciudad de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, en una movilización sin visas de México y EU, a pie o en vehículos de pasajeros o de carga. En el trayecto al oeste de unos 114 kilómetros de San Pedro Sula a Agua Caliente, puesto limítrofe guatemalteco, la policía hondureña instaló ocho retenes y complicó el paso a los que salieron anteanoche. Sin embargo, ayer reanudaron su marcha y por la noche algunos ya habían llegado al cruce fronterizo en la ciudad de Corinto.

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Migrantes que intentan llegar a Estados Unidos se toman un descanso, en la carretera de Choloma, Honduras. Se trata de la primera caravana que se forma este año, en medio de la pandemia de Covid-19. Foto: Delmer Martínez. AP.
Un segundo grupo se congregó desde ayer en la tarde en la terminal y saldría hoy en la madrugada. Médicos Sin Fronteras, organización médica y humanitaria internacional no estatal, calculó ayer en la tarde que en un inicio se reunieron unas 300 personas. “Predomina la presencia de familias”, narró Rivas. La movilización fue convocada en diciembre pasado en redes sociales.

Rotundo no

El gobierno de México reiteró ayer que “no promueve ni permitirá el ingreso de caravanas” de migrantes irregulares que “conllevan grandes riesgos” por la epidemia y los instó a que eviten arriesgar su vida y la de sus familiares.

El gobierno de Guatemala declaró “estado de prevención” por 15 días en siete departamentos por el eventual contagio de Covid-19 ante la llegada de los hondureños, y anunció que les exigirá pruebas de que son negativos del virus y pasaporte vigente o documento de identificación al día. El Instituto Guatemalteco de Migración dijo que los menores de 10 años quedan excluidos de las pruebas del SARS-CoV-2, pero deberán portar pasaporte o identificación al día y viajar con sus padres.

Además, estableció 16 puestos de control desde las fronteras con Salvador y Honduras, hasta los límites con México, para contener el paso de los migrantes.

En los puntos de control participan elementos del Instituto Guatemalteco de Migración, Policía Nacional Civil, Ministerio de Defensa, de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, Procuraduría General de la Nación, Secretaría de Obras Sociales, Ministerio de Relaciones Exteriores y otras dependencias.

En tanto, en el río Suchiate, que divide México y Guatemala, el Instituto Nacional de Migración (INM) desplegó a cientos de elementos a lo largo del cauce, en espera de detener a los hondureños que burlen los 16 puestos de control que instaló el gobierno de Guatemala.

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