El matrimonio de conveniencia entre la energía nuclear y las energías limpias renovables

Redacción

Ante la necesidad de reemplazar las fuentes de energía que liberan dióxido de carbono a la atmósfera por otras que no emitan ese gas con efecto invernadero, combatiendo así al avance del calentamiento global, se ha propuesto potenciar el uso de energía nuclear como complemento a las energías limpias renovables, en vez de utilizar solo estas últimas. El arreglo sería temporal, pero, en teoría, se beneficiaría de la ausencia de emisiones de dióxido de carbono en las centrales nucleares. Una investigación reciente examinó a fondo la cuestión.

La conclusión a la que se ha llegado en este estudio es que solo las energías limpias renovables, sin presencia de la energía nuclear, pueden suministrar con la máxima eficacia posible energía verdaderamente libre de emisiones de carbono.

Dicho de otro modo, si los países quieren reducir las emisiones de dióxido de carbono de la forma más sustancial, rápida y rentable posible, deben dar prioridad al apoyo a las energías limpias renovables, en vez de a la energía nuclear.

Así se ha determinado mediante un análisis de datos de un período de 25 años en 123 naciones, llevado a cabo por el equipo de Benjamin K. Sovacool, de la Universidad de Sussex en el Reino Unido.

El análisis revela que los programas de energía nuclear en todo el mundo tienden a no ofrecer una reducción suficiente de las emisiones de carbono y, por tanto, no deberían considerarse una fuente eficaz de energía baja en carbono.

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La energía eólica es una fuente limpia y sostenible. La imagen muestra un conjunto de aerogeneradores. (Imagen: University of Sussex)

Los investigadores descubrieron que, a diferencia de lo que ocurre en los países que han apostado por darle pleno protagonismo a las energías limpias renovables para la transición energética de las próximas décadas, los países que mantienen programas nucleares nacionales a gran escala no tienden a mostrar emisiones de carbono significativamente menores.

“Los datos apuntan claramente a que la energía nuclear es la menos eficaz de las principales estrategias de reducción de las emisiones de carbono, y junto con su tendencia a no coexistir bien con sus alternativas limpias renovables, esto plantea serias dudas sobre la conveniencia de dar prioridad a las inversiones económicas en energía nuclear en vez de a las limpias renovables”, explica Sovacool. “Los países que planeen inversiones a gran escala en nuevas instalaciones de energía nuclear se arriesgan a perder los mayores beneficios climáticos de las inversiones en energías limpias renovables”.

Si nos ceñimos a los datos puros y duros, en los países con un alto PIB (Producto Interior Bruto) per cápita, la producción de electricidad nuclear solo se asocia a un pequeño descenso de las emisiones de dióxido de carbono. En términos comparativos, este descenso es menor que el asociado a las inversiones en energías limpias renovables. Y la situación es peor en los países con un PIB per cápita bajo: allí la producción de electricidad nuclear se asocia claramente con emisiones de dióxido de carbono que tienden a ser mayores.

El análisis, titulado “Differences in carbon emissions reduction between countries pursuing renewable electricity versus nuclear power”, se publicó en la revista académica Nature Energy.

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