Redacción
En los próximos años, el creciente uso de dispositivos electrónicos en productos de usar y tirar y las nuevas tecnologías para la Internet de las Cosas aumentarán la cantidad de basura electrónica. Para ahorrar recursos y minimizar el volumen de residuos, será necesaria una producción más ecológica y un ciclo de vida más sostenible.
El equipo de Manuel Pietsch, del Instituto Tecnológico de Karlsruhe (KIT) en Alemania ha sido el primero en producir pantallas cuya biodegradabilidad ha sido comprobada y certificada por una entidad independiente. Los resultados se detallan en la revista académica Journal of Materials Chemistry, bajo el título “Biodegradable inkjet-printed electrochromic display for sustainable short-lifecycle electronics”.
Por primera vez, estos científicos han demostrado que es posible producir pantallas sostenibles basadas en gran medida en materiales naturales con la ayuda de métodos de producción industrialmente relevantes. Tras su uso, estas pantallas no son basura electrónica, sino que pueden convertirse en abono. En combinación con el reciclaje y la reutilización, esto podría ayudar a minimizar o evitar por completo algunos de los impactos ambientales de la basura electrónica.
El funcionamiento de la pantalla se basa en el llamado efecto electrocrómico, del material orgánico inicial. Cuando se aplica un voltaje, se modifica la absorción de la luz y el material cambia de color. Las pantallas electrocrómicas tienen un bajo consumo de energía y una arquitectura de componentes sencilla en comparación con las clases de pantallas disponibles en el mercado, como las LED, las LCD y el E-paper. Otra ventaja es que estas pantallas pueden producirse mediante impresión de chorro de tinta de forma personalizada, económica y con un material eficiente. Además, este proceso es adecuado para la producción a gran escala y con un alto rendimiento. Los materiales utilizados son principalmente de origen natural o biocompatibles. El sellado con gelatina hace que la pantalla sea adhesiva y flexible, de modo que puede llevarse adherida directamente sobre la piel.
Gracias a su flexibilidad y adherencia, la pantalla biodegradable puede llevarse adherida directamente en la mano, como se aprecia con este prototipo de pruebas. (Foto: Manuel Pietsch, KIT)
En general, la pantalla es adecuada para aplicaciones de ciclo de vida corto en diversos sectores. En el diagnóstico médico, por ejemplo, donde la higiene desempeña un papel importante, los sensores y sus indicadores deben limpiarse o desecharse después de su uso. El nuevo indicador desarrollado no se tirará como basura electrónica, gracias a ser compostable. También puede utilizarse para controlar la calidad de los envases alimentarios, tarea en la que no se permite su reutilización.
La impresión digital permite adaptar las pantallas a personas o formas complejas sin necesidad de realizar costosas modificaciones en el proceso de fabricación. Esto reduce el consumo de recursos.