Redacción
Se ha descubierto a unos 10 años-luz de la Tierra una llamativa nube de gas frío, en forma de larguísima estela, que mide aproximadamente un billón de kilómetros de largo y unos 10.000 millones de kilómetros de ancho o grosor. Como referencia, Neptuno, el planeta de nuestro sistema solar que más lejos está del Sol, se halla a una distancia media de este de 4.500 millones de kilómetros aproximadamente. La nube es tan tenue que toda su masa es tan solo la mitad aproximada de la que tiene la Luna.
El hallazgo lo ha hecho el equipo de Yuanming Wang, de la Universidad de Sídney en Australia.
Esta nube de gas (esencialmente hidrógeno) es indetectable mediante métodos convencionales, ya que no emite luz visible propia y es demasiado fría para ser detectada mediante radioastronomía. Para detectarla, se recurrió a observar fuentes de radio situadas a gran distancia en el fondo para ver cómo cambiaba su brillo al cruzar por el espacio entre ellas y la Tierra.
Wang y sus colegas encontraron cinco fuentes de radio con centelleosospechoso conformando una línea en el cielo. Los análisis de las emisiones muestran que deben haber cruzado por una misma nube de gas frío.
Al igual que la luz visible se distorsiona al atravesar nuestra atmósfera y de ese modo da a las estrellas su centelleo, cuando las ondas de radio atraviesan la materia, ello también afecta a su brillo. Fue este centelleo lo que Wang y sus colegas detectaron.
La llamativa forma de la nube seguramente se debe a que es un “jirón” arrancado y arrastrado un trecho por una estrella que atravesó una nube con una forma más convencional.
El hallazgo hace pensar que probablemente hay muchas más nubes como esta en nuestro vecindario interestelar, en la galaxia y en el universo en general.
Los detalles de la investigación se han publicado en la revista académica Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.