Despiden a Victoria; su familia, en incertidumbre

Redacción

Entre reclamos de “¡justicia!”, familiares y amigos dieron el domingo de Pascua el último adiós a Victoria Salazar Arriaza, la migrante salvadoreña asesinada por policías mexicanos en Tulum.

Un día después de que el cuerpo de Victoria llegó a El Salvador procedente de México, sus restos fueron enterrados en un cementerio privado de La Generosa, en las afueras de la ciudad de Sonsonate, en el suroeste salvadoreño.

Amigos y vecinos se hicieron presentes para darle el pésame a la familia de Victoria, sobre todo a su madre Rosibel Arriaza y a las dos hijas de la salvadoreña, ambas menores de edad, y quienes dependían completamente de su mamá, cuyos restos fueron velados en la funeraria La Auxiliadora antes de ser llevados al cementerio, informó La Prensa Gráfica (LPG).

“Ella ya está descansando y esperamos que esto sea algo positivo porque es un mensaje que hace que las personas reflexionen y que todos sigamos en la lucha en contra de la violencia contra la mujer”, contó a LPG Nelly Castro, amiga de la infancia de Victoria.

No se permitió el ingreso de los medios de comunicación al sepelio, al que llegaron decenas de personas con arreglos florales para despedir a quien fuera amiga, vecina y familiar.

La familia mantiene firme su reclamo de justicia

Carlos Salazar, hermano de Victoria, dijo que la familia aún no logra comprender lo que pasó. Las autoridades mexicanas, explicó, sólo les han informado de la detención de cuatro policías: “Se supone que hay otros dos implicados más, siempre policías”, expresó a la agencia EFE.

“Esperamos justicia, esperamos que se resuelva esto”, porque “todos los medios vieron la manera en que asesinaron a mi hermana, que no fue una manera correcta de actuar de los policías”, denunció Salazar. “Nadie hizo nada por quererla ayudar, sino que sólo la dejaron como un perro muerto”, agregó.

Recordó que su hermana no deseaba regresar a El Salvador por la falta de oportunidades económicas, y añadió que ahora “la preocupación de nosotros son las niñas”.

Agregó que en algún momento se plantearon la posibilidad de solicitar asilo para ellas en Estados Unidos, “si ellas expresaban si se sentían inseguras de regresar” a El Salvador, pero esto no se concretó.

“Quisiera que ayudaran a mis sobrinas, porque quedaron en orfandad” y ellas son “la preocupación de nosotros”, externó.

Expuso que el futuro de las menores de edad en El Salvador es incierto, pero que se quedarán con su familia, que las apoyará para que estén bien.

El gobierno del presidente salvadoreño Nayyib Bukele había ofrecido pagar la manutención de Estephanie (15 años) y Francela Yaritza (16 años), esta última fue la que rechazó la ayuda, diciendo que no quería regresar a El Salvador.

El arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, tras lamentar en una rueda de prensa la muerte de Salazar, indicó ayer domingo que este deceso debe mover a los gobiernos, no sólo de El Salvador, sino de México y Estados Unidos, a defender y respetar “los derechos de los migrantes”.

Salazar, de 36 años, murió el pasado 27 de marzo en Tulum, Quintana Roo, a manos de cuatro policías, uno de los cuales le presionó el cuello con la rodilla, provocándole una fractura en la columna vertebral. Los cuatro policías fueron vinculados a proceso por el delito de feminicidio.

La historia se complicó más al revelarse que la pareja de Victoria, identificada como el mexicano Héctor “M”, abusaba sexualmente de ella y de una de sus hijas.

Edwin Alfonso Olivares, padre de Victoria, dijo el sábado que la familia desconocía que su hija tuviera una pareja y que la maltratara.

“Desconocíamos eso, lo que sabíamos era que ella estaba trabajando. Todos estos acontecimientos son nuevos y los hemos conocido a través de las noticias”.

 

Noticias

Síguenos en redes