Revelaciones sobre los estegosaurios hechas por sus dientes

Redacción

El estegosaurio, con su característico cuerpo robusto y achaparrado, es hoy en día uno de los dinosaurios más reconocibles: a las bestias de este tipo se las identifica fácilmente por las espinas de la cola y las placas óseas de la espalda, los osteodermos. Los estegosaurios vivieron hace entre 165 y 125 millones de años aproximadamente, o sea durante el período Jurásico y principios del Cretácico. Medían entre cinco y siete metros de largo y tenían una cabeza desproporcionadamente pequeña. Por ello, sus dientes eran bastante pequeños, de un centímetro de alto y otro tanto de ancho.

El equipo internacional de Pavel Skutschas, de la Universidad Estatal de San Petersburgo (SPBU) en Rusia, ha analizado dientes fosilizados de estegosaurios encontrados en la zona de Sajá en Rusia. En el Cretácico, este territorio estaba situado cerca del Polo Norte, por lo que estos fósiles pueden aportar datos reveladores sobre la vida cotidiana de los dinosaurios polares.

Los autores del estudio han determinado que los dientes examinados son de individuos de diferentes edades, tanto adultos como cachorros. Este y otros detalles sugieren que lo más probable es que los estegosaurios polares fueran sedentarios: se reproducían y criaban a su prole en el mismo territorio durante todo el año. Por otra parte, queda claro que cambiaban de dientes con bastante frecuencia y que no sufrían de caries debido a la rapidez de la renovación de sus dientes.

Un hallazgo crucial ha permitido adoptar un punto de vista muy diferente del comúnmente aceptado sobre la estructura de las mandíbulas de estos animales: en la superficie de los dientes, los científicos pudieron detectar marcas de abrasión dental curvas. Se ha venido creyendo que los movimientos de las mandíbulas de los estegosaurios eran muy simples: hacia arriba y hacia abajo, como unas tijeras. Sin embargo, ahora, gracias a los patrones de las marcas de abrasión dental analizadas, queda claro que los movimientos de las mandíbulas eran más complejos e incluían un componente longitudinal.

Otros rasgos de los dientes hacen pensar que los estegosaurios de la zona de Sajá comían bastante a menudo algún tipo de alimento notablemente duro.

Los resultados del estudio se han hecho públicos a través de la revista académica PLoS ONE. La referencia del trabajo es la siguiente: Skutschas PP, Gvozdkova VA, Averianov AO, Lopatin AV, Martin T, Schellhorn R, et al. (2021) Wear patterns and dental functioning in an Early Cretaceous stegosaur from Yakutia, Eastern Russia. PLoS ONE 16(3): e0248163.

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