¿Una flora intestinal específica de la gente sabia?

Redacción

La flora o microbiota intestinal humana está compuesta por billones de microbios (esencialmente bacterias, virus y hongos) que residen en el tracto digestivo. Se sabe desde hace algún tiempo que existe un “eje intestino-cerebro”, que es una compleja red que conecta la función intestinal con los centros emocionales y cognitivos del cerebro.

Este sistema de comunicación bidireccional está regulado por la actividad neuronal, las hormonas y el sistema inmunitario; las alteraciones en el eje pueden provocar trastornos en la respuesta al estrés y en muchos otros comportamientos, incluyendo en cosas como el grado de excitación emocional o incluso las capacidades cognitivas de orden superior, incluyendo la de tomar decisiones.

Estudios anteriores han asociado diversos trastornos en la microbiota intestinal con trastornos de salud mental como la depresión, el trastorno bipolar y la esquizofrenia, así como con rasgos de personalidad y de otro tipo considerados ingredientes esenciales para un buen desarrollo del potencial intelectual de la persona.

Por otra parte, investigaciones recientes han relacionado el microbioma intestinal con el comportamiento social, incluyendo el hallazgo de que las personas con redes sociales más grandes tienden a tener microbiotas intestinales con mayor biodiversidad.

El nuevo estudio, realizado por el equipo de Tanya T. Nguyen, de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos, se hizo sobre 187 participantes, con edades de entre 28 y 97 años. En estas personas se tuvo en cuenta su nivel de soledad, así como el de sabiduría, el de compasión y el de compromiso social. Se analizó la microbiota intestinal de estas personas mediante muestras fecales.

La diversidad microbiana intestinal se midió de dos maneras: la diversidad alfa, que se refiere a la riqueza ecológica de las especies microbianas dentro de cada individuo, y la diversidad beta, que se refiere a las diferencias en la composición de la comunidad microbiana entre individuos.

“Descubrimos que los niveles más bajos de soledad y los niveles más altos de sabiduría, compasión y compromiso social estaban asociados a una mayor riqueza filogenética y diversidad del microbioma intestinal”, sostiene Nguyen.

El equipo de investigación desconoce por ahora qué mecanismos pueden relacionar de una forma tan llamativa esos parámetros de personalidad con el nivel de biodiversidad del microbioma intestinal.

Una hipótesis plausible es que una flora intestinal sana y diversa puede amortiguar los efectos negativos del estrés crónico o ayudar a mantener comportamientos sociales que promuevan la sabiduría y otros resultados positivos.

Conviene tener en cuenta que diversos estudios con animales sugieren que la microbiota intestinal puede influir en los comportamientos e interacciones sociales, aunque la hipótesis no se ha probado en humanos.

El estudio, que sin duda despertará polémicas, se titula “Association of Loneliness and Wisdom With Gut Microbial Diversity and Composition: An Exploratory Study” y se ha publicado en la revista académica Frontiers in Psychiatry.

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