COLAPSO DE LOS SISTEMAS ESTATALES DE SALUD

por José Ureña

Adicional y agravada por la pandemia contumaz.

Toca a las puertas de unos sistemas estatales de salud heridos por el Covid, la falta de recursos… y de medicamentos.

Los problemas comienzan con el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) de Juan Antonio Ferrer y el tortuoso y lento mecanismo de compras ideado por el Gobierno.

Este esquema, cuyo núcleo es la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops), no ha dado resultados.

No al menos como los necesita el país.

Las compras de fármacos, equipos e insumos se hacen a pausas y lo resienten no nada más los hospitales públicos y privados, sino inclusive las farmacias particulares.

Por eso ha protestado insistentemente la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf) de Arturo Morales y Juan de Villafranca.

No piden privilegios, sino participar en condiciones iguales a los proveedores extranjeros para terminar con este prolongado desabasto.

PiSA Y EL FANTASMA DE PEÑA

Hay una luz de esperanza.

Gobierno e Insabi no compraban a PiSA Laboratorios porque, decían, “es de Enrique Peña y por eso se le privilegió el sexenio pasado”.

Ya reanudaron los pedidos, pero tardará el abasto.

Mientras, conforme desciende la incidencia de contagios de Covid, la gente reclama atención de enfermedades postergadas.

Las de tipo crónico -cáncer, diabetes, Sida- vuelven a reclamar mayor atención de los organismos sanitarios en los estados… y no hay cómo atenderlos.

Situación grave, porque los gobernadores preveían ciertas ventajas para sus estados al aumentar la vacunación y al reducirse los enfermos.

Inclusive el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, habló con varios de ellos para preparar el regreso de hospitales Covid.

Algunos mandatarios estatales, como Carlos Joaquín, lo vieron apresurado y en buena hora su decisión, porque Quintana Roo está en riesgo de regresar a semáforo rojo.

Otros, como Jaime Bonilla y Juan Manuel Carreras, han aprovechado ese retorno para aumentar la capacidad hospitalaria de Baja California y San Luis Potosí.

Ese propósito puede avanzar, pero nadie puede evitarles el colapso si no les entregan recursos, fármacos y material quirúrgico.

PRI Y PREVISIONES DE ALITO

1.- Alejandro Moreno tiene una frase para describir cómo recibió al Partido Revolucionario Institucional (PRI):

-Estábamos en el piso…

La aceptación popular rondaba el ocho por ciento, recuerda Alito, pero está confiado porque se recupera la confianza.

-A principios del mes andábamos por encima del 17% y nuestra perspectiva es llegar a las elecciones con 21% de la votación.

Las encuestas más recientes, entre ellas la de El País, lo confirman y está cerca de asegurar el doble de las diputaciones federales actuales.

Y 2.- Un rumor exhibe las grietas en la alianza Va por México en el estado de México.

La cúpula panista ha difundido una versión según la cual está enferma la candidata a alcaldesa, Angélica Moya.

El oportunismo llevó al exdirigente Francisco Gárate a reclamar información oportuna “porque los naucalpenses merecen un candidato pleno”.

El caso es grave porque los ataques son internos en lugar de enfrentar al aparato de Estado a toda máquina en esta campaña.

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