Ni el paraguas te salva: científicos prevén aumento de lluvias, tormentas y relámpagos

Redacción

Una investigación reciente se ha centrado en la cuestión de si en las próximas décadas las tormentas tendrán una mayor actividad eléctrica y si estos casos serán más frecuentes. Para obtener pistas, los autores del estudio se han guiado por huellas químicas dejadas por tormentas del pasado en estalactitas.

Un equipo que incluye, entre otros, a Christopher Maupin, Courtney Schumacher y Brendan Roark, todos de la Universidad A&M de Texas en Estados Unidos, analizó los isótopos de oxígeno de estalactitas de entre 30.000 y 50.000 años de antigüedad procedentes de cuevas de Texas, para averiguar las tendencias de las tormentas del pasado.

Descubrieron que cuando, a través de los milenios, los regímenes de tormentas adoptan pautas de mayor actividad eléctrica, la aparición de esas nuevas pautas coincide con conocidos cambios climáticos abruptos a nivel mundial acaecidos durante el último período glacial, que duró desde hace unos 120.000 años hasta hace unos 11.500.

Las tormentas más fuertes en la zona Sur de las Grandes Llanuras de Estados Unidos, una región que se extiende por sectores de Texas, Nuevo México y Oklahoma, son algunas de las más de mayor magnitud en la Tierra.

En los últimos años, estas tormentas han aumentado en frecuencia e intensidad, y la nueva investigación muestra que estos cambios están relacionados con la variabilidad del clima.

“Las grandes tormentas que cubren cientos de kilómetros proporcionan alrededor del 50-80% de la lluvia en Texas”, explica Schumacher. “En la actualidad, estas tormentas tienen firmas isotópicas diferentes”.

Las tormentas son tan grandes que, aunque la mayor parte de la lluvia se produzca en Oklahoma, la lluvia en Texas seguirá llevando la firma isotópica de estas enormes tormentas, tal como argumenta Maupin. Las grandes tormentas causan firmas isotópicas características, que quedan recogidas en las estalactitas.

Y no se puede explicar la variabilidad en las estalactitas solo con los cambios de temperatura, tal como razona Maupin.

El estudio se titula “Abrupt Southern Great Plains thunderstorm shifts linked to glacial climate variability”. Y se ha publicado en la revista académica Nature Geoscience.

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