¡Mejor ni los toquen! “Reaniman” hongos congelados hace 40 años

Redacción

Unos investigadores han reanimado ejemplares almacenados en suspensión criogénica desde la década de 1950 de un hongo que causa en el cafeto una dolencia conocida como la enfermedad del marchitamiento del café. El propósito de estos científicos ha sido averiguar más detalles sobre la evolución del mecanismo de infección usado por el hongo y encontrar nuevos modos de prevenir su propagación.

Las dos últimas epidemias graves de la enfermedad del marchitamiento del café fueron la que ocurrió entre las décadas de 1920 y 1950 y la que sucedió entre las de 1990 y 2000. Esta última, de hecho, todavía sigue causando daños.

En la epidemia que comenzó en la década de 1920, la enfermedad del marchitamiento del café infectó una amplia gama de variedades de café, y finalmente fue sofocada en la década de 1950 mediante prácticas de gestión como la quema de árboles infectados, la búsqueda de resistencia natural en cafetos y programas de mejora genética que seleccionaron variedades de cafeto más resistentes.

Sin embargo, la enfermedad reapareció en la década de 1970 y se extendió ampliamente entre la década de 1990 y la del 2000.

Se han identificado dos poblaciones separadas de los gérmenes de la enfermedad, cada una de las cuales solo infecta tipos específicos de cafeto: una infecta al del café Arábica en Etiopía, y la otra infecta al del café Robusta en África oriental y central. El equipo quería investigar cómo habían surgido las dos cepas.

En un laboratorio seguro del Centro de Biociencia Agrícola Internacional (CABI), volvieron a reanimar dos cepas de la gran epidemia original, recogidas en la década de 1950 y depositadas en suspensión criogénica en la colección del CABI, y dos cepas de cada uno de los dos hongos específicos del cafeto, siendo la más reciente de 2003. A continuación, secuenciaron los genomas de los hongos y examinaron su ADN en busca de evidencias de cambios que pudieran haberles ayudado a infectar estas variedades específicas de árboles del café.

El equipo de Lily Peck, del Imperial College de Londres en el Reino Unido, descubrió que los hongos más nuevos y específicos de cada variedad tienen genomas más grandes que los de las cepas anteriores, e identificaron genes que pudieron ayudar a los hongos a superar las defensas de los árboles y a sobrevivir dentro de ellos para desencadenar la enfermedad.

También se descubrió que estos genes son muy similares a los encontrados en un hongo diferente, estrechamente relacionado, que afecta a más de 120 cultivos diferentes, incluido el plátano en el África subsahariana, causando una enfermedad que hoy en día está devastando a la variedad más popular de la actualidad, el plátano Cavendish.

Aunque se sabe que las cepas de este hongo que infecta al plátano pueden intercambiar genes, lo que les confiere la capacidad de infectar nuevas variedades, no se había visto antes la posible transferencia de sus genes a una especie diferente de hongos. Sin embargo, el equipo señala que las dos especies viven a veces muy cerca una de otra en las raíces de los árboles de café y plátano, por lo que es posible que el hongo del café haya obtenido estos genes ventajosos de su vecino, que normalmente es el hongo del plátano.

El café y el plátano se cultivan a menudo juntos, ya que a los cafetos les beneficia la sombra que proporcionan los árboles de plátano, más altos. Los investigadores creen que los resultados de su estudio respaldan la conveniencia de evitar cultivar juntos vegetales con enfermedades estrechamente relacionadas, como el plátano y el cafeto. Cultivarlos en campos separados podría reducir la posibilidad de que evolucionen nuevas cepas de hongos dañinos para el cafeto.

Los investigadores están utilizando ahora las cepas reanimadas de hace 70 años para infectar árboles de café en el laboratorio, con el fin de estudiar exactamente cómo el hongo infecta al vegetal, lo que podría revelar otras estrategias para disminuir la incidencia de la enfermedad.

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