Redacción

La Ladrillera Norte nació hace más de 23 años; como su nombre lo indica, se trata de un área exclusiva para la fabricación de ladrillo y la instalación de los tradicionales hornos para quemar este material de construcción. Sin embargo, en sus más de dos décadas se convirtió en un asentamiento y luego en una colonia en la que predomina la población rarámuri. No obstante, esta colonia, que el día de hoy visitará la Miss Universo, Andrea Meza, en su gira por la capital, ha quedado congelada en el tiempo, pues a pesar de su densidad poblacional no cuenta con servicios públicos o pavimentación, mientras que quienes ahí habitan aún pelean por un terreno para fincar sus hogares.

Según explicó Reyna Durán, gobernadora de esta colonia, la población rarámuri que se asentó en este lugar y la que llega de distintas comunidades buscando oportunidades de empleo viven en casas prestadas que los dueños de las ladrilleras les ofrecen mientras trabajan para ellos, sin embargo, quienes dejan este tipo de empleos se ven en la necesidad de buscar un hogar, por lo que al menos 125 han fincado jacales a las orillas, en los que aún no pueden utilizar materiales más fuertes debido a la incertidumbre de no poseer la tierra.

En los días de intensas lluvias se vieron bastante afectados por la filtración del agua por los techos en estas endebles construcciones, mientras que su trabajo también se vio afectado por la imposibilidad de usar los hornos ante las precipitaciones.

“El mayor problema que tenemos en la colonia es que muchas familias, 125 que hay en lista, tienen más de 8 ó 9 años en lo que estamos gestionando los terrenos que son tres hectáreas y queremos que nos ayude el Municipio a comprarlo y nosotros pagarlo al Gobierno”, comentó.

Si bien son más de 200 familias las que ahí viven, la colonia se encuentra lejos de las escuelas, las paradas de camiones, no cuentan con agua entubada, drenaje o pavimentación, ya que se encuentra al menos a dos kilómetros del fraccionamiento más cercano, Vistas del Norte, y aunque han pedido un camino pavimentado, tras tantos años aún no hay ninguna respuesta.

Por su parte Rosa Gamboa, coordinadora del Centro Educativo Joshua, donde se les ofrece asesoría pedagógica a menores y talleres desde psicológicos hasta contra la violencia a sus padres, señaló que existen carencias y situaciones que enfrentan en los núcleos familiares, tales como la violencia contra la mujer, en la que la Andrea Meza ha emprendido una campaña por su erradicación.

“Aquí damos talleres como familias fuertes y son principalmente las mamás quienes toman las pláticas junto con sus niños. La violencia intrafamiliar es un tema que está muy normalizado por los usos y costumbres, antes así era, pero ahora que toman pláticas, se informan y las estamos fortaleciendo, se logra que existan denuncias de que hay abuso o violencia en las casas, y el propósito es que ellas no se queden calladas, que estén enterados del daño que pueden tener sus hijos”, comentó.

Este centro pertenece a una asociación, sin embargo, no se ha podido establecer como escuela con aval de la SEP, debido a que los reglamentos municipales impiden ciertas construcciones debido a la contaminación que generan los hornos de ladrilleros donde tampoco podría haber una colonia, sin embargo, para muchos de los trabajadores y migrantes esta es la única opción para desarrollarse en la ciudad junto a las familias.