Redacción
Gritos, protestas, carteles de desaprobación de parte de la afición, por lo que sucede en los Pumas. Y aunque la directiva y el patronato hacen oídos sordos, los jugadores respondieron. Por lo menos se ganó, 2-0 sobre el Puebla.
Pumas al fin levantó la mano en señal de triunfo en el torneo. El Universidad Nacional al fin gritó victoria, desde abril no lograba sumar de a tres.
Ya ganó, pero eso no cambia mucho de lo sucede en la institución, los dos destellos de Bryan Corozo, un gol (74’) y un penalti provocado, marcado por Ignacio Dinneno (81’), no pueden ocultar que la crisis sigue vigente, pero por lo menos es un respiro, una pequeña luz en la oscuridad.
Pumas fue mucho mejor que Puebla, es verdad. Tuvo más opciones para marcar, también lo es. Un tiro libre de Saucedo que descolgó Antony Silva del ángulo y una media vuelta de Dinneno que el mismo paraguayo sacó con un gran lance.
Talavera fue un espectador más.
Criticar al Puebla procede, aunque el pretexto del que se toma es que sus piezas más fuertes se fueron a otros equipos, ya pasó bastante para que el técnico se adapte y resuelva el problema. Se quedó en tres puntos, muy pocos…
Fue hasta el segundo tiempo, con la entrada de Bryan Corozo, que Pumas destrabó el juego. El ecuatoriano entró por la izquierda, desbordó y tiró a primer poste, el que cedió el portero Silva. Minutos después entró al área, Gularte lo tomó y cayó al área, después de que la jugada se revisara por el VAR, se marcó el penalti que Dinneno hizo gol, rompiendo una racha de 937 minutos sin marcar.
Pumas ya ganó, llegó a cinco puntos, al fin sumó, pero la victoria no oculta la crisis que se vive en el club. Hay muchas preguntas sin responder; hay muchas cuentas que saldar. La grandeza universitaria, no se lava con un triunfo nada más.