Radiación no es un peligro para viajes a Marte: UCLA

Redacción

Enviar humanos a Marte exigirá superar una serie de obstáculos tecnológicos y de seguridad. Uno de ellos es el grave riesgo que supone la radiación de partículas procedente del Sol, de otras estrellas y hasta de galaxias. De las respuestas a dos preguntas clave depende en buena medida que se pueda superar o no esos obstáculos:

¿Es la radiación de partículas una amenaza demasiado grave para la vida humana durante un viaje de ida y vuelta al Planeta Rojo?

¿Escoger un año en vez de otro para iniciar una misión a Marte podría ayudar a proteger a los astronautas y a la nave de la radiación?

El equipo internacional de Yuri Shprits, de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) en Estados Unidos, ha realizado una investigación cuyos resultados permiten responder a esas dos preguntas, respectivamente con un “No” y un “Sí”.

La primera respuesta se refiere a que los astronautas humanos pueden viajar con seguridad hasta Marte y desde allí a la Tierra, siempre que la nave espacial tenga suficiente blindaje y el viaje de ida y vuelta sea inferior a unos cuatro años.

La segunda respuesta refleja el hecho de que el año escogido para iniciar una misión humana a Marte puede marcar una gran diferencia en el total de radiación recibida. Los científicos han determinado que el mejor momento para partir de la Tierra es cuando la actividad solar está en su punto máximo, conocido como el máximo solar.

Los cálculos de los científicos demuestran que sería posible obtener protección extra para una nave espacial con destino a Marte durante el máximo solar porque en esta etapa del ciclo solar las partículas más peligrosas y energéticas, procedentes de galaxias lejanas, son desviadas por efecto de la mayor actividad solar.

Un viaje con una duración total de menos de cuatro años es factible. La duración media de los vuelos de sondas espaciales a Marte es de unos nueve meses, por lo que, dependiendo del momento del lanzamiento y del combustible disponible, es plausible que una nave con humanos a bordo pueda llegar al planeta y regresar a la Tierra en menos de dos años.

Los investigadores recomiendan una misión que no supere los cuatro años porque, por acumulación, un viaje más largo expondría a los astronautas a una cantidad total peligrosa de radiación durante el viaje de ida y vuelta, incluso si efectuasen el viaje en la citada etapa del ciclo solar más protectora.

Los dos tipos principales de radiación peligrosa en el espacio son las partículas energéticas solares y los rayos cósmicos (chorros de partículas) galácticos. La intensidad de cada uno depende de la actividad solar. La actividad de los rayos cósmicos galácticos en nuestro sistema solar es más baja entre los seis y los doce meses posteriores al pico de actividad solar, mientras que la intensidad de las partículas energéticas solares es mayor durante el máximo solar. De todos modos, la acción protectora de estas últimas frente a las primeras, comparable a combatir al fuego con fuego, compensa su acción potencialmente nociva.

El estudio se titula “Beating 1 Sievert: Optimal Radiation Shielding of Astronauts on a Mission to Mars”. Y se ha publicado en la revista académica Space Weather.

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