Redacción
Unos astrónomos analizando mapas en 3D de las formas y tamaños de nubes moleculares han descubierto en una zona de nuestra galaxia un gigantesco vacío, es decir una zona sin cuerpos celestes detectables.
La zona vacía, con forma esférica, abarca casi 500 años-luz de diámetro y su posición en el firmamento está entre las constelaciones de Perseo y Tauro.
La misteriosa burbuja sin nada apreciable dentro está rodeada por nubes moleculares.
La frontera de esta zona esférica es bastante abrupta. En algunas zonas de la “superficie” de la burbuja hay cientos de estrellas que se están formando o que ya están formadas.
El equipo de investigación, que incluye, entre otros, a Shmuel Bialy, Alyssa Goodman y Catherine Zucker, los tres del Centro para la Astrofísica (CfA), gestionado conjuntamente por la Universidad Harvard y el Instituto Smithsoniano, todas estas entidades en Estados Unidos, cree que la “burbuja” o “cavidad” se formó a raíz de la explosión de una supernova hace unos 10 millones de años.
Bialy y sus colegas tienen dos teorías: o bien una supernova estalló en el centro de la zona ocupada por esta burbuja y empujó el gas hacia el exterior, vaciando así la zona y creando esta burbuja esencialmente vacía, o bien una serie de supernovas en momentos distintos a lo largo de millones de años la crearon paso a paso.
El estudio se titula “The Per-Tau Shell: A Giant Star-forming Spherical Shell Revealed by 3D Dust Observations”. Y se ha publicado en la revista académica The Astrophysical Journal Letters.