En balance

Por Alonso Camarillo

Las recientes reformas a la Constitución de Tlaxcala respecto de la eliminación del Fuero Constitucional, suponen la llegada de la Cuarta Transformación al estado; si bien es cierto que obedece a la tendencia nacional que instauró -en cierta medida- el Presidente de la República, también es una nueva oportunidad para reivindicar el servicio público en la tierra de Xicohténcatl.

Todos los funcionarios y servidores públicos que anteriormente gozaban de un privilegio que los convertía en una especie de dioses intocables, deberán aceptar su mundana realidad. La Cuarta Transformación comienza a hacer realidad uno de los conceptos más importantes en cuanto al derecho se refiere: la igualdad de mujeres y hombres ante la ley.

Todo parece indicar que se acabaron los intocables, etéreos, y rancios funcionarios y servidores públicos a los que estábamos tan mal acostumbrados. Ojalá que así sea, porque ya era hora de dejar de regalar privilegios y canonjías a quienes nunca los merecieron.

Tlaxcala se encuentra frente a una nueva oportunidad, donde quienes quieran -o al menos intenten- hacer política, entrarle al quehacer gubernamental o al servicio público se piensen dos veces antes de cometer los excesos y atrocidades que aprendieron de generaciones de políticos que les antecedieron.

Hasta hace algunos años, se veía lejana la posibilidad de eliminar el Fuero Constitucional, que era tan ambiguo que ni siquiera quienes llegaron a tenerlo entendían bien cómo funcionaba el mentado “fuero”, tan es así, que hacían y deshacían a sus anchas, a su vil y entorpecido antojo.

Hoy, cuando quienes dicen representar al pueblo de Tlaxcala, han derogado el artículo 107 de la Constitución, pretendan colgarse la medallita de ser impulsores/promotores/autores/creadores/y organizadores de la eliminación del Fuero, habrá que recordarles que es lo mínimo que se espera de ellos; y que, ojalá no chillen cuando ahora sí, se exija que se haga justicia por las faltas cometidas.

No olvidemos que esta oportunidad llegó de la mano de la 4T, esperemos que todos los valores, principios y preceptos de este movimiento político puedan llegar a materializarse en Tlaxcala, porque eso sí, “ya estuvo suave” de funcionarios y servidores públicos que decían odiar las malas prácticas del priísmo pero las perfeccionaron cuando otros institutos políticos les dieron chance de probar las mieles del poder.

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