Prepara tu ofrenda tlaxcalteca como lo haría “Don Desi”

Rogelio Sánchez

En 1994, el muralista Desiderio Hernández Xochitiotzin, dio a conocer los “Elementos que componen una ofrenda”, en conmemoración por el Día de Muertos, y con cada uno de estos el significado de cada símbolo, desde los colores, las flores, la comida, objetos religiosos y demás que acompañarán a los difuntos a su regreso el 1 y 2 de noviembre.

Hernández Xochitiotzin hizo mención de colores como el blanco como representación del lugar de la creación y la pureza plena; el amarillo como el color del sol y la flor de “cempoaxuchitl” y símbolo supremo de lo sagrado y lo divino además del negro y la obsidiana que recordaba a Tezcatlipoca; así como el color rojo que representa la sangre, la vida y la fraternidad.

Sumado a ello el color azul como el color de la Virgen María y el morado como recordatorio del sacrificio de Jesucristo, según la creencia católica.

El muralista sugiere además en la ofrenda tradicional la colocación de la imagen de un Cristo Crucificado; la Virgen del Carmen; de la Virgen de Guadalupe y u a de la Señora de Ocotlán, además de una imagen de la Virgen que corresponda al sitio de origen del difunto.

Más elementos de la ofrenda cuentan a una Veladora de Aceite o Veladoras, símbolo del Santísimo Sacramento; un vaso de agua bendita, otro con agua potable y uno más con agua del Pocito de Agua Santa de Ocotlán.

Dos cajetes, uno de tierra y otro de sal, en representación del cuerpo convertidos en polvo y lo incorruptible; la quema del copali, símbolo de la visión indígena e incienso, visión española del más allá, y la colocación de dos ceras.

El pan de muerto u hojaldras, elemento importante de las ofrendas símbolo de la muerte y las osamentas en un cúmulo de cenizas así como los Tlacotenales, un tipo de pan en forma de muñequitos, sumadas a las calaveritas de amaranto y de azúcar.

Canastos dedicados a las ánimas solas, y dulces elaborados tejocotes, guayabas, camotes y calabazas elementos de la región del Altiplano; caña y naranja como alusión a la abundancia, así como cazuelas con panal de miel de abeja, imagen de la vida y obra del creyente.

Así como el banquete con mole de guajolote, tamales “tontos”; bebidas como pulque, atole, tequila y licor del agrado del difunto incluyendo su retrato, o herramientas del trabajo que en vida realizaban.

Desiderio Hernández señala que además la ofrenda colectiva debe ponerse de forma horizontal, y para las almas primerizas debe colocarse perpendicular a la pared con cuatro ceras.

Una cruz de sal bajo la ofrenda con pétalos de flor de cempoaxuchitl señalando el camino desde la puerta de entrada al altar.

Sugiere también la colocación de flores blancas o “nubes” dedicadas a los niños y lirios o azucenas para adultos; flores moradas aterciopeladas para quienes mueren fuera de casa de forma violenta así como adornos de papel picado, esto según la colección “Viva voz: Desiderio Hernández Xochitiotzin” de la editorial Cuarto Creciente, texto basado en la conderencia “Día de Muertos” impartida por el finado muralista.

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