Microorganismos extremófilos de un lago volcánico, ¿análogos a microbios marcianos?

Redacción

 

El lago hidrotermal del cráter del volcán Poás, en Costa Rica, es uno de los hábitats más hostiles del planeta. El agua es ultraácida, está llena de metales tóxicos y las temperaturas oscilan entre una templada y la de ebullición. Además, las recurrentes “erupciones freáticas” provocan repentinas explosiones de vapor, ceniza y piedras. A pesar de estas condiciones tan duras, es posible que fuese en los ambientes hidrotermales donde surgieron las primeras formas de vida en la Tierra. Y esto mismo puede decirse de Marte, si es que alguna vez hubo vida allí. Además de para averiguar cómo la vida puede sobrevivir bajo estas duras condiciones, estudiar a los microbios que residen en ese lago volcánico es un buen modo de encontrar pistas sobre si pudo surgir vida en Marte y, en tal caso, cómo subsistía.

 

En 2013, se descubrió que había una sola especie microbiana del género Acidiphilium en el lago volcánico de Poás. Como era de esperar, las bacterias de este tipo son comunes en los sistemas hidrotermales así como en los drenajes ácidos de las minas, y se sabe que poseen múltiples genes especializados en la supervivencia frente a diversas clases de ambientes hostiles.

 

En los años siguientes, hubo una serie de erupciones y los investigadores volvieron en 2017 para ver si se habían producido cambios en la diversidad microbiana, así como para estudiar los procesos bioquímicos de los organismos de forma más exhaustiva.

 

La última investigación muestra que hay un poco más de biodiversidad que en 2013, pero que de todos modos siguen predominando claramente las bacterias Acidiphilium.

 

Mediante la secuenciación del ADN de los organismos presentes en muestras del lago, el equipo de Justin Wang, de la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos, ha confirmado que las bacterias tienen una amplia gama de capacidades bioquímicas que les ayudan a tolerar condiciones extremas y muy cambiantes. Entre estas capacidades se incluyen vías para obtener energía utilizando azufre, hierro, arsénico, fijación de carbono (como las plantas), azúcares simples, azúcares complejos e incluso gránulos de bioplástico.

 

A pesar de su hostilidad, a menudo letal, los sistemas hidrotermales proporcionan la mayoría de los ingredientes clave para la evolución de la vida, como el calor, el agua y la energía. Por ello, las teorías más aceptadas hoy en día sobre la aparición de vida en la Tierra se centran en estos lugares. Y es razonable suponer que el hipotético surgimiento de vida en el Marte pretérito también debió tener por escenario a sistemas hidrotermales.

 

Hasta ahora, los esfuerzos para buscar huellas de vida en Marte se han centrado en los antiguos lechos de arroyos y deltas de ríos. Los autores del nuevo estudio hacen un llamamiento para que se preste más atención a los lugares de Marte que acogieron fuentes termales.

 

“Nuestra investigación proporciona un marco de referencia sobre cómo vida análoga a la terrestre pudo existir en entornos hidrotermales de Marte”, explica Wang. “Esperamos que nuestra investigación ayude a priorizar la búsqueda de signos de vida en estos entornos. Por ejemplo, hay algunos buenos objetivos en el borde del cráter Jezero, que es donde se encuentra ahora mismo el rover Perseverance”.

 

El estudio se titula “Microbial Survival in an Extreme Martian Analog Ecosystem: Poás Volcano, Costa Rica”. Y se ha publicado en la revista académica Frontiers in Astronomy and Space Sciences.

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