ATRAPADOS ENTRE UNA RECESIÓN Y ALTA INFLACIÓN

Por VIANEY DENICIA

Reuters.- Alejandra Martínez no tiene idea de cómo se puede medir la inflación y cuál es el significado de que una economía esté en expansión  en recesión. Pero por lo que ella misma sufre, en el tianguis local en ella que se dedica a comercializar sus productos, tiene idea y sabe que la situación se ha complicado.

De la misma forma varios vendedores de alimentos del mercado local saben y se lamentan de manera amarga y con expresión de impotencia por las bajas ventas de los últimos meses del 2021 y lo que va del 2022 y el aumento de precios en las mercancías que comercializan, que en algunos casos ha sido de manera excesiva.

“Está muy difícil esta situación (…) Se nos ha puesto muy complicado aquí en el mercado (…) surtimos muy poquito producto porque la verdad ya no se vende como se vendía antes”, dijo la señora María Hernández de 62 años quien vende verduras. “La economía se está cayendo muchísimo”, agregó que el último mes de diciembre estuvo prácticamente “muerto” en ventas, muy lejos de los niveles previos a los de la pandemia del coronavirus y con cierta desazón por la falta de ayuda por parte del Gobierno.

Y en cierta forma el miedo de que Tlaxcala haya podido registrar un trimestre de contracción económica en los meses de noviembre- enero, y con ello haber técnicamente caído en una recesión, y no solo en el Estado, sino a nivel Nacional, ha crecido por algunos focos rojos o indicadores que están pintando un panorama turbio y gris.

El instituto de estadísticas, Inegi, publicó hace poco la estimación obtenida a partir del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) para diciembre, con una variación anual real de la economía de un -0.2% y la mensual del 0.0%, abonando para el mal presagio.

La casa de bolsa Monex dijo en un reciente informe a clientes que el estancamiento de diciembre “amplía significativamente” las probabilidades de que la variación trimestral del Producto Interno Bruto (PIB) sea negativa por segundo periodo seguido, tras la baja del 0.4% en el tercer trimestre del año pasado.

Los números apuntan a que la economía de nuestro país ha entrado en una dinámica recesiva que por ende afecta a las economías locales y alternativas de cada estado, como lo son los comerciantes, artesanos y emprendedores, pues dentro del ciclo recesivo mayor ocasionado por el surgimiento inicial del Covid-19, lo que podría deteriorar el marco para la recuperación y sesgar a la baja los pronósticos de crecimiento para el año 2022.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo apenas hace unos días que lo más complicado de la pandemia ya se fue y la economía va por buen camino, en la calle algunos discrepan y aún no se recuperan del desplome del 8.5% del PIB en 2020.

“Me da coraje porque son mentiras, por eso los gobernantes necesita salir y convivir con el pueblo para que se dé cuenta de cuál es la verdadera situación que estamos viviendo, no nada más son las estadísticas y los datos que les dan”, dijo Alejandra Martínez, vendedora en el mercado local. “Está muy lenta la economía y ya nos estamos desesperando porque tenemos muchas cosas que pagar como el derecho de piso y renta de nuestros puestos”.

Y mientras la economía se ralentiza, la inflación sigue alta. Para Gabriela Siller, directora de análisis económico del Grupo Financiero BASE, el escenario más evidente para la segunda mayor economía de Latinoamérica es la estanflación: un estancamiento económico con alta inflación. La contracción del segundo trimestre se deberá  a un cóctel que mezcla el arrastre del desempeño del lapso previo; el regreso de la debilidad crónica de la capacidad productiva local; las secuelas de la pandemia y decisiones de política interna que afectan la inversión privada y un gobierno pasivo.

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