Redacción
El sueño que inició en 2020 la mexicana Paola Schietekat al ser contratada para trabajar en Qatar en los preparativos de la Copa Mundial de Futbol 2022, se convirtió en una pesadilla.
La mujer, de 27 años de edad, fue agredida sexualmente y, al presentar su denuncia ante las autoridades, éstas defendieron a su agresor y la acusaron de adulterio, lo que en ese estado árabe es penado con 7 años de prisión y más de 100 latigazos.
Paola logró huir de Qatar, perdió el empleo de sus sueños y desde México pide ayuda.
A través de sus redes sociales, la mexicana decidió romper el silencio y contar lo que le ocurrió el 6 de junio de 2021, cuando un hombre latino que conoció en aquel país ingresó sin consentimiento al departamento donde ella vivía y la agredió mientras dormía.
“Después de varios meses de tratar de darle una solución favorable al caso por la vía institucional, tomo la decisión de hacer público, no sólo el caso de agresión, sino la malicia del sistema judicial qatarí y la negligencia del servicio consular mexicano”, publicó hace unos días en su muro de Facebook, donde también mostró una fotografía que se tomó después de la agresión, en la que se observan moretones en su brazo, hombro y espalda.
Schietekat, quien trabajaba como economista conductual en el Comité Supremo, organismo que se encarga de los preparativos del Mundial 2022, acusó que también sufrió revictimización de parte del Gobierno local, que se inclinó por la versión del presunto agresor, quien aseguró que eran pareja, a fin de evadir la acusación.
Con base en los dichos del acusado, las autoridades acreditaron contra Paola el delito de Zina o relaciones extramaritales, una de las conductas severamente castigadas bajo el código religioso Sharia, de la legislación qatarí.
Según su relato, se le pidió una prueba de virginidad, sus derechos humanos fueron violados al no ser asistida en su idioma, no se respetó su presunción de inocencia, se le retiró su celular, dejándola incomunicada de sus contactos frecuentes, y hasta la enfrentaron con agresor a manera de provocación.
Cuenta que logró salir de Qatar con ayuda de integrantes del Comité Supremo, que se sensibilizaron por su situación.
Relató que a pesar de que la Embajada de México en Qatar le brindó acompañamiento inicial, lo hizo con deficiencias, como “desconocimiento notorio de la cultura, leyes y lenguaje local”, lo que consideró que “facilitó la mala impartición de justicia”.