Redacción
Recientemente se alcanzó en la superficie de Marte la cifra de un millón de disparos láser, realizados por dispositivos instalados a bordo de dos robots de la NASA.
Los instrumentos SuperCam (instalado en el rover robótico Perseverance) y ChemCam (instalado en el rover robótico Curiosity) son dispositivos que utilizan luz láser para buscar señales hipotéticas de antiguas formas de vida en Marte.
El Perseverance, que aterrizó en el Planeta Rojo hace un año, el 18 de febrero de 2021, y el Curiosity, que lo hizo en 2012, han estado ocupados explorando el planeta y ayudando a los investigadores a conocer mejor el potencial de estos terrenos para albergar huellas de vida microbiana antigua.
Desarrollados en el Laboratorio Nacional estadounidense de Los Álamos, los dos instrumentos de los robots alcanzaron recientemente la impresionante cantidad de un millón de disparos entre los dos. ChemCam ha disparado su láser 885.000 veces; SuperCam lo ha disparado más de 115.000.
Los instrumentos utilizan una técnica espectroscópica especial con sus disparos láser contra las rocas, creando un plasma y captando luego la luz de ese plasma para averiguar detalles de la composición química de la roca examinada y deducir características del terreno circundante.
En tan solo un año, la SuperCam del Perseverance ya ha hecho un trabajo admirable al ayudar a descubrir hace meses que en una época del pasado lejano de Marte se produjeron inundaciones masivas en la región.
Por su parte, la ChemCam del Curiosity observó en 2016 altos niveles de óxidos de manganeso, lo que podría indicar que en su día existieron niveles significativamente mayores de oxígeno atmosférico en Marte. Otra aportación clave la hizo en 2019, cuando ayudó a revelar que la superficie de Marte albergó en su día lagunas saladas poco profundas que pasaron por episodios de desbordamiento y secado. Un análisis de rocas enriquecidas en sales minerales en el cráter Gale demostró que el clima en Marte no era tan estable como se pensaba; había períodos muy húmedos y períodos muy secos.
Aunque la energía solar ha abastecido de energía a robots previos en la superficie marciana, el Curiosity y el Perseverance, que tienen un consumo energético mayor que el de esos otros rovers robóticos, están equipados con un aparato de suministro energético llamado generador termoeléctrico de radioisótopos (o RTG, por sus siglas en inglés). Explicado de modo simple, un RTG es una especie de batería nuclear que utiliza el calor de la desintegración radiactiva natural del plutonio-238 para generar electricidad.
Por otra parte, las noches, los inviernos, los sitios con mucha sombra, las tormentas de polvo que oscurecen el cielo, o incluso la mera acumulación normal de polvo sobre los paneles, siempre han provocado reducciones temporales del suministro energético en los vehículos alimentados por energía solar que han operado en la superficie marciana. Algunas de estas reducciones han sido muy peligrosas y en algunos casos han resultado fatales.