Los últimos indicadores principales compuestos (CLI, por sus siglas en inglés) de la OCDE muestran disminuciones en la mayoría de los países miembros, con excepciones como Japón y Estados Unidos entre las economías avanzadas, y México entre las emergentes.
Ese índice del organismo, que está relacionado con el crecimiento económico, muestra que la desaceleración puede ocurrir entre los próximos seis a nueve meses.
“Empujados a la baja por la alta inflación y la muy baja confianza de los consumidores, los indicadores apuntan a una pérdida de impulso de crecimiento en la zona del euro en su conjunto, incluidos Alemania, Francia e Italia, y también en el Reino Unido y Canadá. En contraste, continúan apuntando a un crecimiento estable en Estados Unidos y Japón”.
Los índices tienen como objetivo anticipar las fluctuaciones cíclicas de la actividad económica durante los próximos seis a nueve meses en función de una variedad de indicadores prospectivos, como libros de pedidos; indicadores de confianza; permisos de construcción; tasas de interés a largo plazo, registros de automóviles nuevos y muchos más.
En Estados Unidos, este indicador se ubicó en 99.8 puntos en mayo de 2022, igual que el mes anterior en una trayectoria a la baja desde su punto más alto en junio de 2021, cuando se posicionó en 100.7 puntos.
El comportamiento del indicador respalda la visión presentada en el último informe Perspectivas Económicas de la OCDE, en el que revisó a la baja las previsiones de crecimiento mundial debido al impacto de la guerra en Ucrania y las continuas interrupciones de la cadena de suministro.
La proyección para el crecimiento del PIB mundial en 2022 es de 3 por ciento, un ajuste a la baja desde 4.5 por ciento estimado en diciembre pasado.