La inteligencia artificial está dando pasos agigantados, haciendo que poco a poco esté mucho más implementada en la sociedad.
El ejemplo más claro puede ser DALL-E que ha hecho que muchas personas se interesen en este tipo de tecnologías basadas en GPT-3. Pero además de permitir a las personas en crear imágenes a través de una frase, también puede ser interesante pasar a tener una inteligencia artificial que esté cualificada para resolver problemas complejos.
Las matemáticas es una ciencia que requiere de mucha lógica para poder desarrollar sus problemas. En clase, por ejemplo, los alumnos deben entender el enunciado, especificar los datos, aplicar la fórmula correcta, entre otros puntos clave. Ya hace unos días, Google ha presentado una IA para poder resolver estas cuestiones matemáticas, e Infobae trae de qué trata y cómo se podrá usar esta nueva tecnología.
Los problemas matemáticos podrían dejar de ser un dolor de cabeza
Google ha anunciado el pasado 30 de junio su nueva inteligencia artificial llamada Minerva. En este anuncio se demuestra que es capaz de resolver cuestiones matemáticas y científicas usando el razonamiento paso a paso. Todos los cálculos numéricos y los símbolos que se utilizan no requieren en ningún caso de calculadora.
A continuación se muestra un ejemplo claro de un problema que puede tener un alumno delante en su clase de matemáticas. Minerva ahora puede realizar paso a paso todo el cálculo y no de manera directa, creando las diferentes notaciones y despejando finamente la incógnita y que es lo que se pide. Todo esto únicamente con una cuestión inicial y sin ofrecer datos adicionales. Obviamente esto es una evolución natural de las aplicaciones o páginas webs que se emplean para resolver ecuaciones matemáticas.
Ahora con un simple enunciado se tendrá la resolución gracias a estar basado en PaLM (Parthaways Language Model), junto a 118 GB de artículos científicos para conservar la notación matemática más utilizada por todos. Según detallan desde Google, Minerva se equivoca de vez en cuando, aunque sus errores son “fácilmente interpretables”. En palabras de los investigadores, “aproximadamente la mitad son errores de cálculo, y la otra mitad son errores de razonamiento, en los que los pasos de la solución no siguen una cadena lógica de pensamiento”.