Entre risas y abrazos Los Tres Amigos refrendaron que son “más fuertes y mejores” trabajando juntos, como corolario de la X Cumbre de Líderes de América del Norte.
El audio oficial llamó a los funcionarios de los tres países a ocupar sus lugares. Segundos después, en el Patio Central de Palacio Nacional se escuchó una carcajada del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien junto al presidente Joe Biden y el primer ministro Justin Trudeau caminaba por el primer piso del inmueble.
Los invitados detuvieron su paso para escuchar un comentario del presidente López Obrador sobre el mural Epopeya del pueblo mexicano, donde Diego Rivera plasmó la historia de México desde la época prehispánica hasta el siglo XX en la escalera principal de Palacio Nacional.
Los mandatarios se vieron por última vez hace 14 meses, cuando se encontraron en la Casa Blanca, en Washington. Ayer, circunstancialmente, los tres eligieron el traje azul para volver a abrazarse.
El presidente Biden destacó que los tres son “verdaderos aliados” trabajando mancomunadamente, con respeto mutuo y generando integración de unos con otros con miras a un futuro más próspero para nuestros pueblos.
Trudeau lo secundó al señalar que, como tres grandes democracias comprometidas con la libertad, los derechos humanos, la igualdad y la creación de oportunidades iguales para todos, compartimos vínculos profundos como amigos y socios comerciales.
De buen humor, el anfitrión, destacó que “el solo hecho de reunirse como buenos vecinos, en un ambiente de respeto para buscar juntos el bienestar de nuestros pueblos, ya es en sí mismo un acontecimiento histórico”.
En la sesión de preguntas y respuestas, ocurrió lo inevitable. El presidente López Obrador tuvo una alocución de 24 minutos como en sus conferencias mañaneras. El presidente Biden lo tomó con calma, a veces con seño adusto y otras sonriendo. Se acomodó tarjetas dentro del saco y de su bolsillo tomó un pañuelo que puso sobre el atril.
“Pues todo esto es lo que hemos tratado. Ya me pasé del tiempo y hay mucho frío”, reconoció López Obrador, mientas Biden sonreía y Trudeau movía la cabeza de izquierda a derecha, bromeando por lo dicho por el Ejecutivo mexicano.
Por la noche, el matrimonio Biden se trasladó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, y no al AIFA, para regresar a Estados Unidos a bordo del Air Force One.