Seguramente has escuchado la frase “todo por servir se acaba” la cual es un tanto cierta, pues los objetos no son eternos y en algún momento termina su tiempo de vida. Sin embargo existe cierto fenómeno que ocurre principalmente en los dispositivos y aparatos electrónicos llamada obsolescencia programada.
¿Y qué es eso? te debes estar preguntando, bueno, hagamos memoria y remontémonos a la época donde todos usaban teléfonos celulares que pesaban como una piedra, ya que en algún momento pudiste llegar a escuchar el chiste de que era más fácil que se rompiera el suelo a que se rompiera ese teléfono, o que era más fácil que cambiaras de celular porque te aburrías de él, que porque se descompusiera, ya que estos celulares parecían infinitos.
Ahora te pregunto ¿Cuánto tiempo te dura un teléfono celular actual? (Si eres de las personas que pierden su teléfono cada 3 días, esta pregunta no aplica para ti, lo siento); Si tu respuesta fue alrededor de 3 a 4 años, estás en lo correcto, y ahora, ¿recuerdas el motivo por el cuál tuviste que deshacerte de tu teléfono? Seguro una de las respuestas es porque ya no tenías espacio de almacenamiento, porque ya no corrían a la perfección las aplicaciones o porque simplemente un día ya no volvió a prender.
¿Qué es la obsolescencia programada?
Tal como lo dice su nombre, se trata de “programar” de cierta manera los aparatos electrónicos para que en un periodo de tiempo (ya sean 4 o 6 años) este deje de funcionar a pesar de encontrarse en buenas condiciones, obligándote a comprar uno nuevo. Existe la posibilidad de mandarlo a reparar, pero con esto sólo retrasarás lo inevitable, ya que desde su fabricación se determina el tiempo de vida que tendrá.
Y aunque este fenómeno puede sonar a que es reciente, la realidad es que se remonta al año de 1920 con la bombilla eléctrica, pues la bombilla que inventó Thomas Edison en 1879 tenía una vida útil de hasta 2500 horas, pero fue cuando las fábricas como Philips o General Electrics redujeron la vida de estas a tan solo 1000 horas, con esto lograban que las personas compraran más bombillas en menos tiempo.
Otro ejemplo es el de los primeros automóviles, con una vida útil de hasta el doble de lo que tienen los automóviles en la actualidad. Con esto no queremos decir que la programación de la vida útil sea mala, pues como mencionamos al inicio, todo por servir se acaba y también es bueno hacer cambios de vez en cuando. ¿Pero crees que sea necesario el fin de todos los artefactos?