–¿Te acuerdas mis advertencias?

–¿Cuáles?

–Lo que te dije cuando me fui de México. Lo recuerdo muy bien. Coincidió con lo de la beca y las elecciones del año 18 cuando llegó al poder Andrés Manuel después de tantos intentos y tantas extravagancias de todas partes.

El gobierno de entonces, eso llamado “El priato”, el régimen de la familia revolucionaria ya vivía de sus recursos de gloria, si alguna vez la tuvo, y su conducta lo iba llevando paso a paso a las actuales condiciones de penuria como es evidente.

Obviamente yo no lo he atestiguado pero por las noticias, escasas por cierto, que aquí recibo, me doy cuenta de cómo pagaron el precio de su cobardía, la cruda de Tlatelolco, dijeron quienes durante años y años promovieron la imagen gloriosa de los estudiantes cuya cifra de muertos crecía cada año en el único caso en que los muertos se reproducían cada año al grito de no se olvida, no se olvida, y por esa razón abrieron las compuertas del juego y metieron a los guerrilleros a las nóminas secretas, y los financiaron y los consintieron y les entregaron la conducción de los municipios y luego de los Estados y fomentaron el reparto del poder para terminar con la entrega de todo el aparato, como ahora advierte cualquiera y es entonces cuando les llega el arrepentimiento, pero ya es demasiado tarde, dejaron de gobernar y perdieron el poder, construyeron las instituciones de la Revolución y después se las entregaron a su enemigos, porque eso de adversarios y opositores, suena bien, pero no describe la naturaleza de las oposiciones. Enemigos, a veces mortales.

En algunos casos desde dentro, en otros desde fuera. Ya viste cómo el narco gobierno de Guerrero comienza a tirarse dentelladas hasta dentro de la propia familia.

Ahí está el caso de la prima de la gobernadora y su hermano, ambos asesinados por los mismos delincuentes que los encumbraron en la política con extrañas sociedades y complicidades, pero esas cosas no son las peores, al menos no lo son en un ámbito nacional, porque yo te dije, ¿te acuerdas?, vamos rumbo a un gobierno sin calidad, y ya ves, no me equivoqué, un administración de improvisados al servicio de las ocurrencias electorales, porque ahora todo sale bien para que todo termine mal, ¿cómo?, pues así, mira; la ampliación del aeródromo militar de Santa Lucía, bautizado como Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, salió bien, pero medio funciona porque la ignorancia es mala consejera y si tu crees que un aeropuerto es un lugar donde nada más aterrizan y despegan los aviones, y con dos pistas ahí la llevas, como si no hubiera un movimiento de personas, cuyo servicio requiere otros servicios complementarios, pues eres un ignorante , y si nadie te lo advierte, pues eres entonces un ignaro rodeado de idiotas, como ahora ha ocurrido, pero todo quiere hacerse a fuerza de voluntad y capricho satisfecho y terquedad, porque en este gobierno en lugar de rectificar las cosas se quieren resolver prolongando los errores, ¡ah!, ¿no están bien los libros escolares?, pues entonces escondo la información para probar lo contrario, en lugar de abrir las cosas al análisis y demostración si es que estuvieran bien hechos, y si no quiere sopa, pues dos platos, tenga para que aprenda, porque todo es sigilo, todo es componenda y maniobra aduanera, como el caso de la señora iletrada de Texcoco a quien no sólo se puso en la secretaria de (inexistente) Educación Pública, sino que se le encumbró con ayuda de la molicie cautelosa del PRI; Hasta la silla de gobierno en el estado más importante (electoralmente) del país, sostenida por dos macuarros, los “Hermanos HH”, quienes a su fama de pillos ahora se suma su condición de lazarillos de la invidente señora, cuya vista no alcanza para distinguir una pera de una manzana, pero sí para hacer de la silenciosa docilidad toda una escuela de ascenso político, más o menos como las señoras del gineceo moreno, quienes han logrado una, la candidatura presidencial y la secretaría de Gobernación, la otra.

¿Y cómo?, con docilidad silenciosa, con la militancia de la obediencia, como se hace en las instituciones de verticalidad eficiente como el Ejército o la Iglesia; las cofradías, las sectas, las sociedades secretas o los partidos políticos de viejo cuño así tengan registro reciente, porque todo es si señor, si señor, como usted diga como tú quieras, eso llamado por los gringos, el “yes man, yes man”, y así han ido subiendo, aun cuando algunos otros han vivido siempre en el “yes man” sólo para escuchar el ni madres, güey, como ese conocido aspirante a la candidatura cuya conducta berrinchuda, berrinchosa, chillona y quejumbrosa, le sirve para decir nada más, a fin de cuentas, si señor se hará como tú digas, pura vergüenza, pura protección del hueso, que no es lo mismo que proteger la propia osamenta; pero así son estos cobardones.

Y si te mencioné lo de los libros de texto, es porque hay algo verdaderamente revelador de la condición intelectual –ya no digamos moral– de estos morenos, la canonización de los profesores (sin profesión) Cabañas y Vásquez Rojas, gavilleros sin sentido ni estrategia; guerrilleros de pacotilla y pensadores sin pensamiento. Ahora son héroes equivalentes a Ho-Chi-Min. Cuando mucho se parecen al Che sin Fidel: un fracasado muerto en los peladeros bolivianos.

Esos son los nuevos héroes nacionales. Los secuestradores y los asesinos.