P. Sánchez
El control de armas en Tlaxcala ayuda a generar paz y tranquilidad en la población, aseveró el General de Brigada Diplomado de Estado Mayor y comandante de la 23 Zona Militar de Panotla, Martín Jaramillo Barrios, durante la ceremonia de culminación de canje de armas de fuego 2024 y que llevo finalmente a la destrucción del armamento decomisado a disposición de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
En esta ceremonia, la institución destruyó 172 armas de fuego, 432 cartuchos útiles, una granada y más de 2 mil juguetes bélicos, todos los objetos puestos a disposición de la 23 Zona Militar, por diversas autoridades una vez que finalizaron con el proceso legal correspondiente, además del cumplimiento con las medidas de seguridad y protocolos establecidos por la Sedena.
“Este programa tiene como objetivo principal fomentar una cultura de paz y prevención, reduciendo la presencia de armas en los hogares y con ello, posibles accidentes o situaciones de riesgo”, destacó el comandante de la 23 Zona Militar, Jaramillo Barrios en su discurso.
Además, aseveró que este acto de destrucción de armamento recuperado, brinda la oportunidad de recordar la importancia del trabajo coordinado de las instancias de seguridad pública, federales, estatales y municipales, para brindar paz a los ciudadanos.
Asimismo, ante autoridades de la Sedena, autoridades estatales y municipales, el comandante reiteró que una de las tareas de mayor relevancia es el control de armas en el país, establecida en la Ley federal de armas de fuego y explosivos.
Por su parte, el titular del Secretariado Ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad Pública de Tlaxcala (Sesesp), Maximino Hernández Pulido, subrayó la importancia de estas acciones conjuntas con las autoridades civiles y militares, para fortalecer la seguridad pública en Tlaxcala.
“El éxito de esta campaña es un claro ejemplo de cómo la colaboración entre sociedad y gobierno puede generar un impacto positivo en la construcción de un entorno más seguro”, expusó.
La ceremonia concluyó, con un acto simbólico en el que se destruyeron las armas, marcando el final de un esfuerzo significativo de las autoridades civiles y militares, con el apoyo y compromiso de la sociedad tlaxcalteca.
