M. Hernández
Mientras la inseguridad cobra víctimas, el alcalde de Apetatitlán, Azaín Ávalos Marbán, sigue sin dar respuestas claras ni acciones concretas.
Luego del reciente hallazgo en Chiautempan del cadáver de Armando N., un maestro secuestrado en Apetatitlán, demuestra la vulnerabilidad de los ciudadanos en un municipio donde las autoridades locales brillan por su ausencia ante hechos de violencia.
A esto se suma la posible pérdida de recursos del Fortamun, fondo clave para reforzar la seguridad, debido a que su administración no presentó los informes requeridos.
La omisión no solo compromete la capacitación y equipamiento policial, sino que deja aún más desprotegida a la población de San Pablo Apetatitlán.
Y en lugar de trabajar para poder dar certeza a la población, el edil solo se ha encargado de justificar sus fallas administrativas.