Claudia Orozco
El PAN en Tlaxcala demuestra, una vez más, su doble discurso, mientras la diputada local Miriam Martínez Sánchez se opone públicamente a la Reforma Judicial desde la tribuna, su asesor Alfredo Escamilla Ricalday apoya en redes sociales a candidatos a jueces de distrito.
Esta contradicción deja en evidencia la falta de coherencia dentro del partido y genera dudas sobre sus verdaderas intenciones políticas.
Peor aún, Escamilla Ricalday, quien ya sufrió una derrota electoral en Yauhquemehcan, parece estar más preocupado por respaldar intereses personales que por la línea política de su jefa.
Todo apunta a que su apoyo a los candidatos a jueces responde a presiones internas, quizá relacionadas con la familia Martínez, cuyos fracasos en las urnas han sido constantes.
Así, el PAN en Tlaxcala no solo exhibe incongruencia, sino también una clara mezcla de intereses partidistas y familiares.