Claudia Orozco
La inseguridad en San Pablo del Monte ha escalado a niveles críticos, reflejada en dos intentos de linchamiento en menos de una semana.
Vecinos, hartos de la violencia, actuaron por su cuenta ante la ineficacia de la policía municipal, como sucedió en San Sebastián Xolalpan, donde un presunto ladrón fue golpeado tras ser sorprendido intentando robar un vehículo.
La desesperación se ha vuelto un grito colectivo que exige respuestas reales.
A pesar de esta alarmante situación, ni la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) ni el ayuntamiento han considerado necesario implementar el Mando Coordinado, herramienta contemplada por la ley para reforzar la seguridad cuando los municipios se ven rebasados.
En ese sentido, el secretario Alberto Perea Marrufo minimizó el panorama, asegurando que San Pablo del Monte no está en “foco rojo” y que se opta por operativos fronterizos, estrategia que, a todas luces, no ha disuadido a la delincuencia.
Por su parte, la presidenta municipal Ana Lucía Arce también guarda silencio frente al creciente descontento social.
Mientras tanto, los ciudadanos viven entre el miedo y la frustración, sintiéndose desamparados por un gobierno que parece más preocupado en justificar omisiones que en garantizar la seguridad de sus habitantes.