Claudia Orozco

El Hospital General de Calpulalpan atraviesa una crisis crítica que pone en riesgo la vida de los pacientes. Personal médico y usuarios denunciaron que las ambulancias llevan más de cuatro años sin funcionar, lo que impide el traslado de enfermos que requieren atención especializada.

A esto se suma una alarmante escasez de médicos, enfermeras, material de curación y medicamentos.

Los estantes vacíos en la farmacia del hospital son solo una muestra del abandono institucional.

El personal, visiblemente rebasado, ha advertido que la situación pronto será “insostenible” y han hecho un llamado urgente a la gobernadora Lorena Cuéllar para intervenir antes de que ocurran tragedias irreparables.

“Ahora la gente no solo teme por la inseguridad, también por morir en un hospital sin lo más básico para atenderlos”, expresaron con frustración los denunciantes.

Mientras tanto, los enfermos siguen llegando a un hospital que opera con graves carencias y sin respuestas concretas de las autoridades.