Por León Espinoza
La fecha que se avecina para la elección de jueces y magistrados y éstas representan un punto de inflexión en la vida pública del país. Por primera vez, la ciudadanía tendrá la posibilidad de incidir directamente en la conformación del Poder Judicial, un paso que bien ejecutado podría significar una democratización profunda del sistema de justicia, históricamente opaco y distante del pueblo.
En este contexto, el papel de los partidos políticos será clave. Aunque no pueden hacerlo directamente, es obvio que harán lo propio. No sólo como promotores de perfiles, sino como verdaderos impulsores de la participación ciudadana. Morena, en particular, tiene frente a sí una responsabilidad enorme: asegurar la participación ciudadana y que los candidatos que impulse respondan al espíritu de la Cuarta Transformación y no a intereses personales o faccionales.
En Tlaxcala, el panorama dentro de Morena es claro: el partido mantiene su línea de organización, y bajo el liderazgo de Marcela González, el liderazgo en el estado al día de hoy es inegable.
Marcela no solo ha mantenido cohesionado al partido en momentos clave, también ha sabido tejer relaciones con la militancia de base y con las estructuras nacionales. Su presencia supera ya, en lo político y en lo simbólico, a figuras como “la senadora” o incluso a la Secretaria de Turismo, Josefina Rodríguez. No se trata solo de cargos, sino de liderazgo efectivo, de convocatoria real y de un proyecto político que ha sabido crecer con rumbo y disciplina.
En esta nueva etapa que vivirá el país, con reformas profundas en la estructura institucional, Tlaxcala no puede quedarse al margen. La consolidación de liderazgos como el de Marcela no solo fortalece a Morena, también envía un mensaje claro de que en la transformación, las mujeres no solo acompañan: lideran.
De cara a la elección de jueces y magistrados, y más allá, será fundamental que ese liderazgo se traduzca en decisiones firmes, en la postulación de perfiles éticos y capaces, y sobre todo, en una convocatoria amplia a la ciudadanía para hacer de esta nueva etapa un ejercicio real de poder popular.
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