Claudia Orozco
En medio del incendio forestal que desde hace más de dos días consume el cerro San Gabriel, en el municipio de Altzayanca, decenas de voluntarios han tomado la iniciativa para enfrentar las llamas.
Sin más equipo que su voluntad y algunas herramientas básicas, estos héroes anónimos, muchos acompañados de familiares, se han sumado a las brigadas para contener el fuego, ante la aparente ausencia de personal militar, helicópteros o un plan operativo coordinado.
Un voluntario narró cómo al llegar al lugar con su padre, el grupo inicial de 20 personas se multiplicó rápidamente hasta sumar más de 50, a los que se sumaban muchas otras brigadas dispersas en distintas zonas del cerro.
Sin embargo, también destacó la falta de coordinación entre los equipos, incluyendo a personal uniformado que, según observó, pareció más enfocado en dejar constancia de su presencia que en colaborar activamente en el combate al fuego.
La experiencia dejó en evidencia la urgencia de establecer una estrategia clara para atender emergencias de este tipo.
Mientras tanto, la comunidad continúa resistiendo con valentía, demostrando que la verdadera fuerza está en quienes, sin buscar reflectores, arriesgan su integridad por salvar los bosques y su entorno.