LA RECUPERACIÓN DEL BOSQUE DE ATLTZAYANCA
LOURDES ROMERO
Inicio mi comentario de esta semana reconociendo el compromiso de las autoridades estatales con la restauración del cerro San Gabriel, en Atltzayanca.
Luego del incendio forestal que afectó más de 700 hectáreas de bosque y pastizales, las instituciones que conforman la Mesa de Atención a Incendios avanzan en el desarrollo de la estrategia para recuperar esa área natural.
Precisamente, la semana pasada, presidentes de comunidad de ese municipio se reunieron en el Congreso local con la diputada Sandra Aguilar y el coordinador estatal de Protección Civil, Juvencio Nieto, para platicar sobre los trabajos de reforestación y de prevención e incendios forestales.
Las autoridades de comunidad grabaron un video para reconocer el apoyo que el gobierno estatal brindó a la contingencia, y también para llamar a la unidad en torno a una necesidad común, que es el resarcimiento de daños y la protección del patrimonio forestal de aquella región.
Esto último es relevante, porque, ciertamente, hubo actores que, sin el conocimiento de la situación real del incendio, emitieron posicionamientos irresponsables que terminaron por desinformar e irritar a la población.
Por esa razón es importante que las y los presidentes de comunidad dieran su testimonio en torno a los hechos que protagonizaron del martes 15 al sábado 20 de abril, y que además se pronunciaran por hacer equipo con las autoridades estatales y federales para remediar los efectos ocasionados por el fuego.
En ese sentido, el gobierno estatal ha informado que se han hecho recorridos de verificación de impacto ambiental con ejidatarios y propietarios de terrenos para identificar los polígonos en los que se centrarán las acciones de recuperación forestal.
Paralelamente, se trabaja en un diagnóstico final de daños, a cargo de grupos de trabajo con autoridades de los tres órdenes de gobierno, a fin de guiar las labores de restauración y los mecanismos de participación ciudadana.
Mediante el levantamiento de muestras en campo, se ha podido identificar los grados de afectación y el análisis geográfico necesario para llevar a cabo trabajos de conservación de flora, de captación de agua, y de reducción de impacto de incendios. Y a la par de ello, tareas de conservación de la vida silvestre, como la colocación de madrigueras y bebederos artificiales.
Ni las autoridades ni los ciudadanos se han quedado cruzados de brazos. Están tomando acción en una tarea que convoca a todos.
Definitivamente, el incendio de Atltzayanca motivó una nueva conciencia ambiental que permite a las partes involucrarse directamente en la restauración de las áreas afectadas.
Autoridades y ciudadanos tienen voluntad genuina para lograr que los ecosistemas se regeneren, y eso es algo digno de reconocer, porque por encima de intereses políticos o facciosos prevalece la atención de necesidades impostergables, como ésta: la recuperación del bosque de Atltzayanca.