PLAZA TLAXCALA

OLIMPIADA NACIONAL 2025: VICTORIA PARA TLAXCALA
LOURDES ROMERO
Inicio mi comentario de esta semana celebrando que Tlaxcala haya sido sede de la inauguración de la Olimpiada Nacional CONADE 2025, competencia considerada el máximo semillero de talento deportivo en México. Y lo celebro porque esta ceremonia marca un parteaguas en la historia reciente de la entidad.
Por principio de cuentas, es evidente que no fue casualidad que Tlaxcala haya sido elegida como escenario del arranque de tan importante justa deportiva, la primera de la era de Rommel Pacheco al frente de la CONADE: es consecuencia de una estrategia bien trazada y de una inversión sostenida que, en tan solo tres años, ha posicionado al estado como un actor relevante en el mapa del deporte en el país.
La lluvia registrada la tarde del pasado viernes 16 de mayo terminó por convertirse en un elemento memorable de la inauguración, al permitirle a las autoridades y a los deportistas demostrar que, a pesar de las adversidades, es posible ofrecer lo mejor de sí, como lo corroboró el ánimo de los asistentes, quienes permanecieron en sus asientos para disfrutar de los números musicales y el espectáculo preparado para el comienzo de esta fiesta deportiva.
El entusiasmo fue palpable en el Estadio Tlahuicole, donde la gobernadora Lorena Cuéllar dio la bienvenida a atletas, entrenadores y familias de todo el país, y ofreció un mensaje breve, pero contundente: que el deporte importa en el estado, y que su administración lo sostiene con hechos.
No es cosa menor que, en lo que va de su mandato, se hayan organizado tres eventos de talla mundial, se creara una Ciudad Deportiva de Alto Rendimiento, y se impulse una política deportiva que apueste muy alto, como albergar el evento multideportivo más importante del país: la Olimpiada Nacional CONADE.
Traer esta competencia, su inauguración y 15 disciplinas deportivas, implicó para Tlaxcala generar condiciones que no tenía antes en materia logística, de recursos humanos y económicos, pero, sobre todo, de prestigio para su realización. Y claramente, la CONADE depositó su confianza en Tlaxcala y sus autoridades por el trabajo serio, coordinado y constante que ha demostrado en años recientes.
Con satisfacción, el impacto de este evento trasciende el ámbito deportivo, pues representa proyección turística, derrama económica, impulso a la infraestructura y, por supuesto, inspiración y respaldo para la juventud tlaxcalteca, que ahora sí ya puede crecer y soñar por medio de la práctica deportiva.
Los hoteles, restaurantes, comercios y servicios locales ya empiezan a ver los primeros beneficios del arribo de deportistas y turistas, en un ambiente de comunidad motivada por la fiesta del deporte, y el reconocimiento de Tlaxcala como sede capaz de albergar eventos trascendentales, gracias a una visión política que hace de la Olimpiada Nacional una vitrina para el estado, y un detonador de su potencial.
Sin duda, hoy Tlaxcala aparece en el mapa nacional por abrirle las puertas al futuro a través del deporte. Y en un país que necesita nuevos referentes, la entidad ha conseguido ya una merecida victoria.

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