Rogelio Sánchez
Este miércoles la organización de Alcohólicos Anónimos (AA), llevó a cabo un foro, en un conocido restaurante en el municipio de Apetatitlán donde se discutieron con motivo de los 85 años de su creación; acompañados por Gaby Olivares Pérez, directora del Centro de Integración Juvenil y Edmundo Montiel Ruiz Coordinador Estatal en Prevención de Adicciones.
En su oportunidad, Olivares Pérez señaló que el consumo de alcohol es una práctica arraigada en la cultura mexicana, sobre todo en Tlaxcala con la realización de fiestas patronales o “moles”, que son una ventana al consumo de alcohol.
A 85 años, la organización “AA”, se perfila como la más importante pues en México existen alrededor de 14 mil 500 grupos (de los cuales 45 existen en Tlaxcala), que realizan reuniones de 90 minutos; mismos que subsisten gracias a las aportaciones de quienes los organizan pues no tienen costo alguno y cuyo único requisito es tener: “Deseo de dejar de beber”, explicó Orlando Ramírez Tellez, custodio de clase A.
Asimismo, reconocieron la efectividad del programa de 12 pasos, sin embargo, los ahí reunidos convinieron que parte de la recuperación de una persona que padece alcoholismo requiere de espiritualidad, o la creencia de un ser mayor; ante esto aclararon que AA no es un grupo dedicado a alguna religión ni se organizan retiros espirituales a diferencia de otros grupos.
Reconocieron además que la contingencia por COVID-19 se presenta como una oportunidad para que las familias ayuden a las personas adictas a las bebidas embriagantes a dejar de beber pues la presencia de seres queridos son fundamentales en la recuperación de una persona alcohólica.
Montiel Ruiz, hizo además una diferenciación entre una persona usuaria y poliusuaria, ya que un individuo que consume alcohol y se hace adicto a él, en su búsqueda por otras sensaciones podría consumir otro tipo de sustancias, lo que lo convierte en un poliusuario.
Empero aclaró que no todas las personas desarrollan dependencia y adicción, no obstante, uno de los retos, dijo, es dar atención íntegra a usuarios y poliusuarios en el estado con apoyo de las instancias de salud y de la Conadic, en acompañamiento con AA.
Aunado a ello: evitar la estigmatización y criminalización de las personas adictas al alcohol; prevenir el consumo en los jóvenes; hacer visibles las consecuencias; no normalizar el consumo, e identificar los factores de riesgo son parte de las tareas y retos de AA y de las dependencias federal y estatal de estas, la más importante: “lograr que la persona admita su alcoholismo”.