Redacción
El mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, apareció ayer en público con un cubrebocas por primera vez desde el inicio de la pandemia del coronavirus, un gesto que ha despertado una gran expectativa en un momento en el que el país reportó una nueva cifra récord de contagios diarios: 66 mil 528, según cifras de la Universidad Johns Hopkins.
El Ejecutivo utilizó una mascarilla azul oscura, que en un extremo tenía estampado el sello de color dorado de la Presidencia. Esa protección la portó durante una visita al Hospital Militar Walter Reed, en los límites de Washington y donde tenía previsto reunirse con el personal sanitario y efectivos que están recibiendo ahí tratamiento.
Antes de salir en helicóptero hacia la institución el líder de la Casa Blanca confirmó que llevaría el insumo, como ya había adelantado este viernes. “Creo que llevaré una mascarilla, ¿saben? Cuando vas a un hospital, especialmente en ese sitio, en el que uno está hablando con soldados y gente que en algunos casos acaba de salir del quirófano, en ese caso es algo que es genial ponerse”, explicó a la prensa.
Hasta ahora, Trump se había negado a llevar un cubrebocas en público y puesto en duda su eficacia, algo que contradice los consejos de las autoridades sanitarias del país que gobierna.
Al respecto, en declaraciones a los medios de comunicación, el mandatario puntualizó: “Nunca he tenido nada en contra de las mascarillas, pero sí creo que tienen un tiempo y lugar adecuado”.
Hasta ahora, se había resistido a llevar una mascarilla, porque considera que “da una imagen de debilidad”, según dijo supuestamente en marzo pasado a sus asesores, reportaron entonces diarios locales.
Los demócratas consideran que el Ejecutivo se ha negado a llevarlo por “vanidad”, mientras que analistas, como la periodista experta en género Liz Plank, afirman que su actitud forma parte de una masculinidad mal entendida con la que pretende mostrar fuerza, como si él estuviera por encima del virus.
Cuando Trump fue visto este sábado con la mascarilla, intentó ofrecer una imagen de fortaleza: iba rodeado de militares y miembros del Servicio Secreto; no se detuvieron ni un minuto ante las cámaras mientras el mandatario, al frente, dirigía el rumbo de la comitiva.
La decisión llega justo en medio de un debate a nivel local sobre la necesidad de que los gobernadores obliguen a sus ciudadanos a taparse la boca y la nariz para evitar que aumenten aún más los contagios de Covid-19, los cuales están alcanzando niveles récords, especialmente en el sur y oeste del país.
El responsable de Louisiana, el demócrata John Bel Edwards, fue el último en decretar el uso de tapabocas este sábado. De esta manera, actualmente 20 de los 50 estados de la nación exigen su uso.
Nueva cifra máxima
Estados Unidos es el país más afectado y ayer sumó 66 mil 528 casos en 24 horas. Este viernes la cifra fue de 65 mil 500 enfermos en ese lapso, de acuerdo con las cifras de la Universidad Johns Hopkins.
En cuatro de los últimos cinco días fueron contabilizados más de 60 mil nuevos casos por día.
En la semana, Anthony Fauci, uno de los principales integrantes del grupo de trabajo sobre el coronavirus de la Casa Blanca, reiteró sus advertencias de que el brote en la nación se agrava ante la falta de una estrategia coherente. “Cuando se nos compara con otros países, no creo que se pueda decir que lo estamos haciendo muy bien”, dijo. Alerta desde hace días sobre el aumento de los casos en el país.
El jueves, EU también volvió a romper un récord de nuevos contagios, con más de 65 mil detectadas en 24 horas. Fauci también ha advertido desde hace semanas ques la nación se encamina hacia un nivel de infecciones diarias de 100 mil, cuando el rubro estaba en cerca de 40 mil.