Rogelio Sánchez

El encuentro entre “Coyotes de Tlaxcala” y los “Toros de Celaya”, celebrado este miércoles cerró con un empate 1-1, sin embargo, lo que sería el debut del equipo en la entidad dentro de la “Liga de Expansión”, estuvo plagado de irregularidades, no por sus jugadores, sino por la mala organización por la que fue criticada.

Y es que el escenario principal debió ser el estadio “Tlahuicole”, en cambio, a más de año y medio del inicio de su renovación, las labores de construcción continúan llevándose a cabo impidiendo la realización del juego; de ahí que se realizó en la unidad deportiva “José Brindis” en Nanacamilpa, el cual no cumple al 100% de los requerimientos solicitados por la Federación Mexicana de Fútbol (FMF).

Se espera que para el partido de la quinta jornada contra la Universidad de Guadalajara el próximo 15 de septiembre el “Tlahuicole” finalmente sea estrenado.

Otra de las irregularidades fue la presencia de aficionados en las gradas y en zonas alrededor del terreno de juego, varios de ellos sin portar cubrebocas ni manteniendo “Sana Distancia” esto a pesar de las recomendaciones sanitarias locales de mantener las medidas precautorias contra el virus de COVID-19.

Asimismo, elementos de la policía estatal disfrutaban del juego en lugar de desalojar a los ahí presentes, incumpliendo los protocolos de resguardo del encuentro que debió realizarse a puerta cerrada.