La Embajada de México en Italia, a cargo de Juan José Guerra Abud, expresó su sorpresa e indignación “por la burda y simplista representación de nuestro país y sus tradiciones” en la ópera Carmen de Bizet, que se estrenó el jueves en el Teatro de la Ópera de Roma.
Señaló que al enterarse, antes del estreno de la obra, que se planeaba proyectar una imagen “desfigurada” de la Virgen de Guadalupe, ligándola al culto de la “Santa Muerte”, comunicó su extrañamiento a la Superintendencia de la Fundación del Teatro de la Opera de Roma, la cual decidió modificar el retrato, aunque conservó la idea al colocar un velo verde sobre una calavera gigante, simulando el símbolo religioso.
El embajador Juan José Guerra Abud dijo al respecto que nuestro país respeta todo tipo de expresiones de arte.
Informó que eso se lo hizo saber en una carta a la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, a quien pidió consultarlos en próximas representaciones para no dar una imagen distorsionada de México.
Dijo que desafortunadamente en el estreno de la obra se presentó una visión caricaturesca de México, la cual, lejos de cumplir con las declaraciones de la productora sobre “reproducir el contexto social”, se apoya en estereotipos que no representan ni a los mexicanos ni a su cultura.
La embajada comunicó esta opinión a la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, quien preside la Fundación del Teatro de la Ópera y reiteró su plena disponibilidad para compartir información sobre la riqueza y complejidad que caracteriza la cultura mexicana.
En un comunicado, reiteró su pleno apoyo a la libertad artística en todas sus expresiones como componente esencial para el diálogo entre culturas del mundo.
Además, consideró importante que la Opera de Roma establezca vínculos con sus contrapartes institucionales y de la sociedad civil en México, con el fin de conocer los matices que caracterizan la vida en la frontera y el resto del país. Esta nueva versión de la ópera Carmen de Bizet, es de la argentina Valentina Carrasco, quien ubica la obra en un pueblecito entre México y Estados Unidos, a los pies de un muro en el que conviven militares estadounidenses y habitantes mexicanos.
La obra abre el primer acto con un muro que intentan saltar monigotes y en el que hay dibujado un rostro que recuerda al del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, delante del cual se desarrolla la historia entre Carmen, mexicana, y don José, militar americano.
Carrasco, que pertenece desde el 2000 a la compañía española La Fura dels Baus, indicó a la prensa ser amante de los western y aseguró que buscaba llevar a escena una “dualidad de caracteres” del género del oeste y agregó que “también es muy importante para el personaje de Carmen, que cuenta con un contexto muy marginal”.