El Partido Revolucionario Institucional (PRI) es flexible respecto a la elección de candidatos que no integran sus filas, según su líder, declaración que deja abierta la puerta para que políticos no afiliadoscompitan por la presidencia del país el año que viene.
Aunque las normas del PRI son tolerantes respecto a la condición de miembros de los contendientes, el partido tendrá que decidir en una asamblea nacional que termina a mediados de agosto si utiliza aspirantes extrapartidarios para las elecciones presidenciales de julio de 2018, dijo su presidente, Enrique Ochoa, en entrevista desde las oficinas de Bloomberg en la Ciudad de México.
El partido más grande de México fue criticado en tanto por lo menos ocho de sus gobernadores y exgobernadores fueron arrestados o investigados por acusaciones de corrupción durante el mandato del presidente Enrique Peña Nieto, que también enfrentó acusaciones.
Estos escándalos llevaron a los analistas políticos a predecir que el PRI podría mirar más allá del partido para buscar candidatos presidenciales, como a extrapartidarios.
Ejemplo de ello es el actual secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), José Antonio Meade, quien es visto como posible candidato del PRI pero su limitante es no ser miembro de este partido.
“Las normas actuales son un tanto flexibles”, dijo Ochoa. “Sin embargo, la asamblea nacional analizará cuáles son las reglas relevantes para el futuro y cuáles serán los requisitos para los candidatos del futuro”.
El partido tiene tiempo de sobra para decidirlo. No anunciará oficialmente a su candidato hasta el primer trimestre del año que viene, dijo Ochoa, en tanto ese cronograma lo fija la ley mexicana. Agregó que se está analizando a varios contendientes más allá de su posición en las encuestas de opinión pública en tanto el PRI busca al mejor candidato para derrotar a Andrés Manuel López Obrador, que fue candidato presidencial dos veces y encabeza algunos de los primeros sondeos.
RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
El PRI también podría evaluar modificar las normas de financiamiento de campañas de México, pero sólo después de las elecciones generales, dijo Ochoa. “Oímos a varias voces afirmar que sería mejor que nuestro sistema tuviese más dinero privado que público en el sistema electoral, pero creo que esa discusión debería darse después de 2018”.
Ochoa reconoció que tanto su partido, que gobernó durante más de siete décadas, como el Partido de Acción Nacional (PAN), que gobernó de 2000 a 2012, deberían haber intervenido antes para combatir la corrupción.
“Los panistas no hicieron su trabajo y nosotros deberíamos haberlo hecho antes”, dijo. “Confío en que actuando ahora, nuestra generación tenga la responsabilidad de solucionar el problema de la corrupción”.