Tras nueve meses de combates calle por calle y barrio por barrio, el ejército irakí y sus aliados regionales, apoyados por Estados Unidos, Reino Unido y Francia, recuperaron ayer la ciudad de Mosul, bastión del ISIS en Irak, donde comenzó a crear su Califato, que abarcó grandes extensiones de territorio que llegaban hasta Siria.
El primer ministro irakí, Haider al Abadi, llegó a la ciudad “liberada” y felicitó a los combatientes y al pueblo por la “gran victoria”, aunque reconoció que aún quedan algunos combatientes en la zona de Al Qaliyat, que serán combatidos.
La larga batalla dejó gran parte de la ciudad en ruinas y causó la muerte de miles de civiles y el desplazamiento de casi un millón de personas.
“El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas (primer ministro) Haider al-Abadi llegó a la ciudad liberada de Mosul y felicitó a los heroicos combatientes y al pueblo iraquí por la gran victoria”, dijo su oficina en un comunicado.
Los cadáveres de los combatientes de ISIS yacían en las callejuelas de la Ciudad Vieja, donde los insurgentes se habían retirado en su último intento de frenar el avance de las fuerzas iraquíes apoyadas por Estados Unidos.
ISIS prometió el sábado luchar “hasta la muerte”, pero este domingo sus militantes se lanzaron al río Tigris para huir del campo de batalla.
El portavoz militar iraquí, el general de brigada Yahya Rasool, dijo este domingo por la mañana a la televisión estatal que las fuerzas de seguridad mataron a 30 militantes que intentaban escapar nadando a través del Tigris.
Acorralados en un área cada vez más reducida de la ciudad, los militantes recurrieron al final a ataques con mujeres suicidas contra la evacuación de los civiles que estaban escondidos en la zona.
La batalla también causó muchas víctimas entre las filas de las fuerzas de seguridad iraquíes.
El Gobierno iraquí no revela cifras de víctimas, pero según datos del Departamento de Defensa de Estados Unidos presentados en una petición de financiación, el servicio antiterrorista, que ha encabezado la lucha en Mosul, perdió el 40 por ciento de sus soldados.
Estados Unidos lidera una coalición internacional que respalda la campaña contra ISIS en Mosul mediante la realización de ataques aéreos contra los militantes y la asistencia a las tropas sobre el terreno.