Una corte turca ordenó cárcel para seis activistas de derechos humanos -incluida la directora de Amnistía Internacional en Turquía- a la espera de juicio por cargos de colaboración con un grupo terrorista armado.
En un fallo que Amnistía Internacional calificó de “golpe brutal a los derechos en Turquía”, la corte en Estambul también decidió liberar a otros cuatro activistas a la espera de juicio. Les prohibió salir del país y tendrán que presentarse de forma periódica ante la policía.
Los 10 activistas fueron detenidos el 5 de julio en un allanamiento a un hotel en la isla de Buyukada, frente a Estambul, donde asistían a un taller sobre seguridad digital.
Los activistas encarcelados son la directora de AI en Turquía, Idil Eser, y activistas de la Asamblea de Ciudadanos de Helsinki y la Human Rights’ Agenda Association. Sus dos formadores -un ciudadano alemán y un sueco- también fueron detenidos.
“Esta no es una investigación legítima, es una cacería de brujas políticamente motivada que anticipa un futuro aterrador para los derechos en Turquía”, dijo Salil Shetty, secretario general de Amnistía.
“Hoy hemos aprendido que defender los derechos humanos se ha vuelto un crimen en Turquía. Este es el momento de la verdad, para Turquía y la comunidad internacional”, agregó
Shetty exhortó a los países a presionar a Turquía para que libere a los activistas. Son sospechosos de “cometer un delito en nombre de una organización terrorista sin pertenecer a ella”, dijo Amnistía.
No estaba claro a qué organización terrorista se les acusaba de ayudar. En sus escritos para solicitar las detenciones, la fiscalía presentó como prueba registros de las comunicaciones de los detenidos con sospechosos vinculados a milicianos de izquierdas y kurdos, así como con el movimiento que lidera el clérigo musulmán Fethullah Gulen, según medios turcos.
Las autoridades acusan al movimiento de Gulen, afincado en Estados Unidos, de orquestar el golpe de Estado fallido del año pasado.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha hecho vagas acusaciones y dijo que el grupo asistía a una reunión que tenía la “naturaleza de una continuación” del intento de golpe de Estado del año pasado.
Turquía declaró el estado de emergencia unos días después del golpe y lanzó una campaña masiva de represión, con unos 50.000 detenidos y más de 110 mil funcionarios despedidos. La operación se centró en un principio en personas sospechosas de tener lazos con supuestos golpistas, pero se ha ampliado para incluir a políticos, periodistas y activistas.
Eser es la segunda integrante de AI detenida en Turquía. El presidente de la ONG en el país, Taner Kilic, fue detenido el mes pasado por supuestos lazos con el movimiento de Gulen.