Pues a pesar de las argumentaciones que minimizan la crisis de seguridad porque dicen que es pública –es decir: policiaca– por la declinación de los cárteles transnacionales del crimen organizado, el hecho es que como nunca antes la seguridad pública es seguridad interior; es decir, tiene que ver con la estabilidad social.
La principal preocupación de los inversionistas extranjeros radica justamente en la seguridad; México sigue apareciendo en todos los buscadores de inversiones como el país con mayor potencialidad, pero la gran pregunta que se hacen es sobre la seguridad. En la preparación de un especial sobre México y los negocios, la importante revista inglesa Foreing Policy anduvo preguntando justamente ese tema: inversiones y seguridad.
De ahí la importancia estratégica de la reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores, a iniciativa del jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Angel Mancera, no sólo para entregarles un reconocimiento a los jefes de las fuerzas armadas –el general secretario Salvador Cienfuegos Zepeda y el almirante secretario Vidal Soberón Sanz– de parte de los mandatarios estatales, sino para reiterar la necesidad de contar con un marco jurídico regulatorio de la participación castrense en labores de seguridad interior: la seguridad nacional dentro la república.
Mancera ha logrado darle centralidad política y estratégica al tema de la seguridad, ante el avance de la criminalidad pública. Pero mientras los gobernadores que padecen en sus entidades las acciones violentas de bandas criminales apoyan la urgencia de la ley de seguridad interior, sus legisladores federales están entrampados en mantener la iniciativa como rehén de maniobras políticas ajenas a la seguridad.
Ahí destaca el papel del PAN como el principal obstáculo político para legislar sobre seguridad interior. Y es el PAN que podría regresar a la presidencia en el 2018 y que fue el presidente panista de la república Felipe Calderón el que inició la utilización de las fuerzas armadas en el 2007 cuando se documentó que las policías estatales y municipales y funcionarios de gobierno habían sido rebasados o cooptados por el crimen organizado.
El gran falso dilema que encierra el debate sobre la ley de seguridad interior tiene dos escenarios contrastantes: defender los derechos humanos per se a costa de permitir la operación de bandas del crimen organizado que han rebasado a las policías o darle prioridad al tema de la defensa de la seguridad ciudadana. Y es falso porque la ley de seguridad interior a debate nocontiene ninguna posibilidad de violentar los derechos humanos.
De ahí la importancia de la reunión de Mancera en la Conago: reconocer en primer lugar el papel de las fuerzas armadas en el combate contra las bandas criminales a costa de su prestigio y sin marco jurídico y luego plantear a los legisladores la urgencia de decidir una ley de seguridad interior. El dato contrastante salió en el contexto de esa reunión: a diez años de iniciada la ofensiva contra el crimen organizado, las policías estatales y municipales siguen no sólo igual, sino que han empeorado su corrupción.
Mancera ha posicionado la seguridad interior –delincuencia, protesta social y fuerzas armadas– como el tema central del tiempo político de la elección presidencial de julio del 2018. Más que la corrupción, lo que preocupa sobremanera a la sociedad es el avance cucaracha del crimen organizado en plazas de alta inversión como Acapulco, Cancún y la Ciudad de México…, hasta ahora.
Política para dummies: La política es el juego de apariencias, pero siempre con una, una sola, vinculada a la realidad.
Sólo para sus ojos:
- Si las prácticas políticas siguen vigentes –y todo indica que así es–, el presidente Peña Nietoya escogió al candidato del PRI a la presidencia y de hecho ya se lo habría comunicado al agraciado. Sólo que será el secreto sexenal que se guarda. Por lo pronto, no hay que olvidar que la política priista engaña con la verdad.
- Luego de la reforma política y del proyecto de consolidación de la marca Sinaloa, el gobernador Quirino Ordazconvertirá el Tianguis Turístico Mazatlán 2018 como una gran ofensiva para recuperar el destino del Pacífico. El dato no es menor si se observa el hundimiento de Acapulco en el desorden de seguridad y el calentamiento de la plaza de Cancún. A todo el activismo del gobierno estatal le falta –y dicen que ya viene– el replanteamiento de la estrategia de seguridad.