Redacción
Es un asunto de lealtades y de pactos, más que de contratos firmados entre las televisoras y los cantantes que buscan que su música se escuche en todos lados.
La televisora impulsa y ofrece la ventana de difusión a cambio de tener siempre la preferencia y las exclusivas del artista en sus distintos espacios. Pero ¿qué pasa cuando los intereses cambian o cuando alguna de las dos partes incumple? Aquí algunos casos.
Si bien no todo depende directamente del artista, sino de managers y compañías de discos, las rupturas con las televisoras afectan directamente al artista, que se queda sin espacio de promoción y difusión de su música.
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El caso más recordado es el de Juan Gabriel, quien decenas de veces se había presentado con éxito en el programa “Siempre en Domingo”, entre otros espacios, como “Mala Noche ¡No!”, conducido por Verónica Castro, y que hizo historia en 1988 al convertirse en el programa en vivo más largo (unas siete horas), el más exitoso y el más recordado de la televisión.
Cinco años después de aquel show y dos después de haberse presentado por primera vez en Bellas Artes siendo ídolo popular, el Divo de Juárez se convirtió en el artista “non grato” de Televisa y dejó de aparecer en todos sus espacios.
La razón del veto no fue haberse presentado en otra televisora, como se acostumbraba a castigar en aquel tiempo a todo aquel que aparecía, trabajaba o daba entrevistas en la casa de enfrente.
Juan Gabriel había sido contratado para ofrecer una temporada de conciertos en el salón Premier, por lo que recibió un pago previo de 2 millones de dólares, de acuerdo con el periodista Víctor Hugo Sánchez, jefe de prensa de la televisora en los años 90.
El dueño del recinto fue detenido y encarcelado; meses después, Televisa tomó la administración del lugar y requirió al creador de “Amor Eterno” realizar la temporada de conciertos que estaba pendiente. El divo no aceptó, pues no fue con Televisa con quien había negociado esos shows.
La televisora, al mando de Emilio Azcárraga Milmo, ordenó cerrarle todos los espacios, algo que Juanga demostró no afectaría su carrera. Es más, se envalentó y dijo:
“Televisa no me vetó a mí, yo veté a Televisa”.
Cuatro años más tarde, con la entrada en la televisora de Emilio Azcárraga Jean, se limaron asperezas y fue como Juan Gabriel apareció en el cierre del Teletón, transmitido por la televisora, desde el Estadio Azteca, en 2003.
Para 2015, Juan Gabriel pasó por otro veto, por haber cedido los derechos de su serie biográfica “Hasta que te Conocí” a Disney, quien a su vez la transmitió a través de Azteca, cuando Televisa había celebrado con él sus 40 años de carrera con la transmisión de su concierto desde Bellas Artes.
A finales de los años 90 y principios del 2000, Azteca lanzó programas musicales y realities de talento para impulsar el talento musical del país e incluso creó la compañía de discos Azteca Music, que quedó al mando de Armando Manzanero y quien, en automático, dejó de ser requerido en Televisa por una buena temporada.
Durante este tiempo, el compositor Yucateco lanzó al lado de Lisset “Nada Personal”, canción de la telenovela del mismo nombre que fue uno de los éxitos de Azteca.
Artistas extranjeros también fueron “víctimas” del rechazo por decantarse por la competencia de Televisa, entre ellos Chayanne, Christina Aguilera y Ricardo Montaner, pero no pasó mucho tiempo para que fueran aceptados de nuevo.
Lucero
En 2014, Lucero, quien desde 1982 actuaba y cantaba ante las cámaras de Televisa, fue vetada cuando se venció su contrato de exclusividad y no se llegó a un acuerdo para la renovación.
La cantante aprovechó para tomar otras ofertas en otras televisoras; el costo, su nombre no volvió a mencionarse durante los dos siguientes años, no fue requerida, como tradicionalmente lo hacía, en “Las Mañanitas a la Virgen” y de paso, tuvo una campaña negra que tuvo que ver con la filtración de unas fotos de ella y su pareja posando con un animal que había cazado él.
Kalimba
Kalimba también sabe de vetos. En 2011, cuando fue acusado de abusar sexualmente de una menor de edad en Quintana Roo, dio una entrevista al periodista Carlos Loret de Mola que fue muy cuestionada. El exintegrante de OV7 no volvió a aparecer en los programas de San Ángel, algo que, ha dicho el cantante, le tuvo sin cuidado.
Luis Miguel
El Sol tampoco se ha ido limpio. Siendo Televisa la empresa que le dio espacios desde 1982, hacia 2008, el Sol se negó a acudir a la televisora cuando lanzó su disco “Cómplices” desde la Ciudad de México, lo que molestó e hizo que se diera la orden de no difundir temporalmente su música.
Carlos Rivera
El caso más reciente fue el de Carlos Rivera, que no fue vetado por Televisa pero sí fue vetado por Azteca. El alumno prodigio de la cuarta generación de “La Academia” firmó un contrato con la televisora que lo vio nacer, con quien trabajó durante 11 años.
Pero las cosas ya no estaban funcionando y el cantante aún no estaba liberado, por lo que comenzó a hacer teatro (El Rey León). Roberto Romagnoli, productor de algunas temporadas del famoso reality show, aseguró en 2015 que el cantante no estaba vetado, y fue cuando el intérprete de “Amo mi Locura” atendió el llamado de Televisa.
Durante este lustro, no se habló de él ni de su música, hasta que en 2020 se hizo la excepción y apareció en la televisora del Ajusco en el especial del 15 de septiembre.